El Barcelona recibe este sábado a Las Palmas (21.00 horas, Movistar LaLiga) con la imperiosa necesidad de conseguir una victoria que presione ligeramente al Real Madrid, líder de Primera división con ocho puntos por encima de los azulgranas. Será el primer duelo tras el parón por selecciones, que cortó una excelente trayectoria con tres victorias consecutivas, dos en Liga ante Mallorca (1-0) y Atlético de Madrid (0-3) y una en Champions ante el Nápoles (3-1) que dio acceso a los cuartos de final tras dos años son pasar la fase de grupos del torneo continental. En un momento mediático y deportivo dominado por los jóvenes canteranos, con la confirmación de Lamine Yamal y la irrupción de Pau Cubarsí, emerge la figura de Raphinha para reivindicarse en este tramo final de temporada ante las intenciones del Barcelona de hacer caja con un hipotético traspaso. El brasileño llegó al equipo azulgrana como la solución ante la espantada de Ousmane Dembélé, que escogió los petrodólares del PSG dejando a Xavi en la estacada. Precisamente, el técnico catalán, gran valedor del francés, acogió a Raphinha con ciertas reticencias, decepcionado por no poder contar con el galo y sin haber tenido voz en la elección de su sustituto. Noticia Relacionada todo irá bien opinion Si Los días de gloria del Barcelona femenino llegan a su fin Salvador Sostres «el Barcelona hizo su decidida apuesta hace casi diez años, pero hoy Joan Laporta lo ve como un gasto inasumible» Desde su llegada, el extremo no se ha sentido respaldado por el cuerpo técnico ni por la grada. De ahí su celebración al inaugurar el marcador ante el Almería (3-2) el pasado 20 de diciembre: se dirigió a la grada de Montjuïc tapándose los oídos. No era la primera vez que lo hacía. Una imagen vale más que mil palabras y la fotografía de Raphinha con sus índices dentro de sus pabellones auditivos escenificaba el desencuentro con el público y el malestar que sentía. Tampoco recibió elogios por parte de la prensa catalana, más proclive a destacar las actuaciones de canteranos o jugadores más mediáticos. Respaldado por sus números Raphinha se siente respaldado por sus números esta temporada, los mejores desde que aterrizó en Europa. En Portugal destacó, en Francia se consolidó (una media de 35 partidos por temporada y 8 goles más cinco asistencias), en Inglaterra despuntó (38 partidos con 8 goles más 11 asistencias en su primer curso y 36 partidos y 11 goles y 3 asistencias en el segundo) y en el Barcelona está disfrutando y justificando los 58 millones fijos más los siete en variables que el Barcelona abonó al Leeds por él. El año pasado disputó 50 partidos, marcó 10 goles y dio 12 asistencias, siendo tras Lewandowski el segundo delantero del equipo más efectivo. En la presente campaña, pese a la lesión muscular sufrida en enero, lleva 36 partidos con 7 goles y cinco asistencias . Pese a sus números y su coste (la inversión más elevada de Laporta en esta segunda etapa como presidente) no es un titular fijo para Xavi , que prefiere apostar por Lamine Yamal, lo que ha provocado que desde la planta noble del club catalán hagan números atendiendo también a la delicada situación financiera de la entidad. Laporta quiere recuperar la inversión, eliminar deuda y reforzar al equipo. Raphinha sabe que está en venta y que ha sido ofrecido a clubes de la Premier, aunque nadie está en disposición de cumplir las pretensiones del Barça, que están en torno a los 80 millones de euros. La única solución está en Arabia Saudí, pero el futbolista es reacio a marcharse al país árabe. El brasileño deberá, además, sacudirse la sombra de la sospecha que pulula sobre él. Y es Raphinha era uno de los representados de Deco , actual director deportivo del Barcelona, cuando firmó con el club azulgrana, lo que le reportó una serie de comisiones al exfutbolista culé. Deco, que aún no tenía cargo en el club catalán, participó como intermediario en su fichaje por el Barça en el verano de 2022. El día de la presentación del futbolista, Laporta reconoció que se había pagado «un transfer» al club vendedor y «una comisión al agente», aunque no desveló las cantidades. «Ya no trabajo como agente, pero lo que he trabajado hasta ahora no voy a dejar de cobrarlo. Es un trabajo que he hecho, y lo lógico es cobrarlo, no voy a renunciar a ello», se defendió Deco, que no tiene pensado dimitir.