Este pasado fin de semana más de un vecino del centro habrá huido de su ciudad, si tiene vía de escape, para dejarle sitio a la horda de aficionados convocados a la final de la Copa del Rey. Las imágenes hablan por si solas: riadas de personas ocupando todo el ancho y largo de vías como Mateos Gago, haciendo botellón en el perímetro exterior de la Catedral o viendo volar las sillas en la Alameda de Hércules, transformada en escenario de batalla campal. Aún tengo frescas las declaraciones de los vecinos más viejos que a modo de hipérbole de su hartazgo, le contaban a esta periodista en un reciente reportaje que si pudieran elegir, se quedaban con la vieja Alameda...
Ver Más