Épica y puerta grande en Illumbe para un heroico Betis Baloncesto (93-99)

En San Sebastián, sólo el Betis Baloncesto creyó en el Betis Baloncesto . Una fe ciega en sus posibilidades, aun cuando a mediados del tercer cuarto no acababa de encontrar el GPS del camino correcto (60-48), que a base de insistencia y tesón lo acabó recompensando con el premio gordo. Con un triunfo por la vía del angustioso, angosto y gozoso al final sendero de la épica, que el equipo abonó y abonó crecido en la adversidad. Sosteniéndose en pie en los momentos críticos . Luchando contra todo. Contra el GBC y contra sí mismo. Cuando no hallaba el modo de competir como quería, siguió erre que erre, sin abandonarse, como esperando su momento. Que le acabó llegando. Porque la vida, sí, es persistir y esperar. Al descomunal talento de Joaquín Rodríguez, que tiene físico de élite y una mentalidad competitiva de titanio , se unió en comandita en el momento clave Polanco, cuya transformación en el partido no hay manera de explicar. Fue una metamorfosis. De estar completamente apagado, frío, a ser definitivo y entrar en ignición. Entre ambos reunieron 56 puntos y 66 de los 94 créditos de valoración de su equipo. Soberbios. Gigantes. Son ellos el corazón de este Betis que tiene alma y hambre. Que podría haberse escondido detrás del biombo de las excusas que le ha servido el club toda la temporada y en lugar de eso sigue ahí, a pecho descubierto. Noveno a falta de tres jornadas para el final de la fase regular. En play off de ascenso . A San Sebastián viajó este mismo domingo por la mañana en avión y a eso de las ocho y cuarto de la tarde abría la puerta grande Illumbe. En la prórroga, cinco puntos de Polanco y dos de Doménech elevaron a 0-7 el parcial en el arranque (82-89). Y tras el tiempo muerto, una gran defensa verdiblanca agotó la posesión del GBC. Polanco seguía a lo suyo (82-91), Joaquín elevaba la apuesta (87-93) y culminaba su heroico partido con el triple que sellaba la decimocuarta victoria verdiblanca (91-97). Antes del épico desenlace hubo mucha tela que cortar. Savignani sorprendió con la inclusión de Dedovic en el quinteto inicial, en lugar de Polanco , y su apuesta la justificó el jugador de origen bosnio con siete puntos en el primer cuarto. Al contrario de lo habitual, el Betis percutía ofensivamente en el poste bajo, tratando de buscar ventajas, mientras en defensa alternaba la individual con la zona . Tuvo el equipo flujo anotador, más del esperado, aunque la sequía anotadora de Faggiano y Polanco, que se estiraría sorprendentemente hasta el intermedio, acabaría lastrando la competitividad del equipo. Manejó el Betis rentas de hasta siete puntos (11-18), pero el GBC fue nivelando la balanza hasta apoderarse del partido en todos sus parámetros a partir del primer toque de campana. Savignani seguía apostando por la zona dos-tres, último as de la baraja del brasileño. Con 24-25, al fin coincidían en pista Faggiano, Polanco y Joaquín Rodríguez . Ni fu ni fa. No acertaba el argentino un tiro desde la esquina y sí descerrajaba Ansorregi (27-25). Hanzlik fallaba el tercer triple consecutivo de los verdiblancos y se confirmaba ya el apagón ofensivo del invitado . Ni DeBisschop acertaba a enchufar a un palmo del aro en la puja por el rebote. A Faggiano le hacía la corbata otro triple y Savkov estiraba el parcial easonense hasta el 10-0 (32-25). En tres minutos y medio, el equipo se había evaporado. Como si la gasolina se le hubiese agotado y hubiera arrasado con la confianza . Pierde el hilo el Betis Por su gestualidad en el banquillo, Savignani no estaba precisamente contento con el esfuerzo defensivo de sus chicos. Cuatro minutos después, el Betis limpiaba el cero de su casillero anotador en el segundo parcial, pero el control de la situación estaba ya en manos del GBC. Y en la magia de las muñecas de Savkov (35-27) . Barcello anotaba una canasta imposible y Joaquín Rodríguez respondía desde el arco. El único motor del Betis era entonces el uruguayo (37-32), pero esa dependencia tan excesiva no podía traerle nada bueno en el largo plazo. Polanco no estaba y Faggiano, tampoco. De los tres cilindros, fallaban dos . Para colmo, Berzins sumaba dos faltas rápidas y DeBisschop se cargaba con tres. Más palos en la rueda. Aurrecoechea, una molicie en la zona, primero con un dos más uno y luego con un gancho, dejaba al Betis contra las cuerdas al intermedio (46-35) . Necesitaba un plus de energía para engancharse al partido. La zona era innegociable en el plan de Savignani. Aumentó la intensidad defensiva el equipo, pero en ataque no encontraba más fuentes de alimentación. N adie se enchufaba a excepción de Joaquín Rodríguez y de este modo vivía el GBC con absoluta comodidad, picando y cargando en el rebote para sumar segundas oportunidades. Sólo Joaquín, en su soledad, alimentaba al Betis, de dieta anotadora (53-44) antes de la explosión que ni el más optimista de los béticos adivinaba en ese momento. El charrúa intentó buscar un socio en Berzins a falta de Polanco , un espectador en el banquillo. Ausente el dominicano y con Faggiano errando todo lo que intentó, demasiado hacía el Betis con sostenerse en el partido, pero sin asustar en ningún momento a su rival, con todo bien atado. El equipo de Savignani estaba bajo mínimos, muy justo de todo, lejísimos de la explosividad que había lucido en fechas recientes. Polanco, de regreso a la cancha, borró al fin el cero de su estadística con un dos más uno (60-51) y poco a poco entró en calor. A DeBisschop lo eliminaban en el minuto 28 con una falta inexistente que le costó a Savignani, por las protestas a los colegiados, la falta técnica. Los guipuzcoanos arrasaban ya al Betis en el rebote (28/19) y el statu quo se mantenía inalterable (63-51). Entonces, Joaquín se puso en modo Stephen Curry con un triple monumental, desde Anoeta, que cerraba un parcial de 0-8 y ponía al Betis a cuatro después de tanto sufrir (63-59). El uruguayo, catedralicio, sumaba ya 27 puntos . Al GBC ya le pesaban las dudas. Se había reactivado el Betis, redivivo cuando nadie lo esperaba tras una actuación espesísima. Polanco equilibraba (63-63), pero en el rebote seguía crujiendo su equipo. Por esa fisura, un socavón, seguía entrando mucha agua . Entonces se echó de menos a Berzins y DeBisschop para tapiar el tablero. Un 6-0 devolvió el mando al GBC (69-63). LEB ORO Ficha técnica Guuk Gipuzkoa Basket (22+24+17+19): Barcello (19), Oroz (5), Stürup (5), Aurrecoechea (21), Vrankic (9) -quinteto inicial-; Zubizarreta (-), Motos (2), Ansorregi (7), Ander Martínez (12), Miranda (-), Marcius (7), Savkov (6). Real Betis Baloncesto (25+10+24+23): Faggiano (1), Joaquín Rodríguez (34), Dedovic (7), Almazán (1), DeBisschop (5) -quinteto inicial-; Polanco (22), Hanzlik (-), Domènech (11), Berzins (15), Kuksiks (3). Árbitros: Morales Ruiz, Sánchez González, Adán Rodríguez. Eliminados Berzins, DeBisschop y Oroz por cinco faltas personales. Partido de la 31ª jornada de la LEB Oro. Angulas Aguinaga Arena (antiguo coso de Illumbe). Prórroga: 11-17 El Betis hacía la goma sin acabar de cazar a su rival. Oroz hacía aún más escarpada la remontada (79-71), aunque Doménech, qué buen trabajo el suyo, le daba otra vida extra a su equipo (79-74). La secuencia se repetía con Ander Martinez y Berzins. Réplica y contrarréplica. Se negaba a entregar la cuchara el Betis (82-77), vivo en el último minuto y medio. Berzins erró un triple liberado y los árbitros, la mar de quiquillosos toda la tarde con los verdiblancos, le señalaban la quinta en un bloqueo . Polanco ponía más presión (82-79) y lo empataba a 14 segundos clavando los tres libres de una falta (82-82). Una gran defensa del Betis dejaba siete décimas, un ataque, que agotó el GBC con un pase y canasta tras reverso de Marcius que los árbitros, con buen criterio, anularon . Luego llegó el tiempo extra, cinco minutos que parecieron eternos en los que el Betis se abrazó a la épica y a esa novena plaza que para un equipo como éste, que ha sufrido tanto, es el santo grial.