Ávidos de sacar conclusiones, la contrarreloj del pasado miércoles en el Dauphiné animó ciertas críticas de aficionados y prensa a Tadej Pogacar. Acostumbrados a ver al rey del ciclismo en modo apisonadora, sorprendió un rendimiento discreto, superado claramente por un especialista -Evenepoel- y hasta por vingegaard, su némesis. ¿Estaba el campeón mundial dando señales de flaqueza que deberían ser tomadas en cuenta de cara al Tour de Francia? El Dauphiné se corre en función del Tour, y como banco de pruebas, sus resultados deben tomarse con cierta perspectiva. Pero tras lo visto en la crono, lo de este viernes fue la constatación de que el esloveno puede tener días malos, pero no tarda en aflorar a la superficie su carácter de campeón. Así lo hizo esta vez, en el aperitivo montañoso que, aunque nada tiene que ver en cuanto a dureza a lo que se encontrarán este sábado los corredores, dejó ver a un Pogacar imperial que ya parece haber sentenciado la carrera.
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