Entre
París y Londres, la final en tierra batida de Roland Garros y el debut sobre hierba en el ATP 500 de Queen's, la única diferencia fue el paso por la isla de Ibiza, donde celebró su quinto éxito de Grand Slam y recargó las baterías para defender en breve la corona de Wimbledon. Por lo demás, un
Carlos Alcaraz haciendo de nuevo lo mismo: ganar.
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