Irse a vivir a un país diferente y lejano del propio es algo que muchas personas hacen en su vida. Sea cual sea el motivo por el que alguien se muda, lo que suele ser común es la cantidad de choques culturales que se suelen producir. La comida, el transporte, la manera de vestir o el aspecto de las ciudades son solo algunas de esas diferencias notables al cambiar de país. Otro de los puntos en los que más se nota el cambio es en la manera de hablar. Directamente puede darse que hablen un idioma diferente al propio o que, si es el mismo, se produzcan expresiones, acentos, tonalidades y formas de expresarse que difieren mucho de las que alguien puede estar acostumbrado. Esto último ocurre especialmente con las personas de Latinoamérica que vienen a España a vivir. Aunque compartimos idioma, las diferencias en la forma de hablar pueden ser muy chocantes. De ello da prueba la uruguaya Emiliana , que se mudó a España, concretamente a Valencia y documenta en sus redes sociales todo aquello que le impacta de los españoles, especialmente centrándose en nuestra manera de expresarnos. En uno de sus últimos vídeos, Emiliana se centra en la forma en la que los españoles nos saludamos , según lo que ha podido observar. «En España existe el dialecto del saludo y que cuando dos personas se encuentran en la calle no saben si se quieren o se odian », empieza comentando la uruguaya. Sigue contando que desde que nos encontramos por la calle cuando vemos a alguien que conocemos, nos empezamos a gritar: «Hombre, tío, qué tal... Y si hay mucha confianza se insultan» , afirma, poniendo ejemplos de expresiones que pueden darse entre dos amigos que se saludan. Además, en tono de humor, añade que siempre nos vamos a 'cagar' en algo, con expresiones como 'me cago en la mar salada', por ejemplo. Otro de los detalles que aporta es que, si un español ve a otro que conoce desde la distancia, en todo el trayecto que recorran hasta saludarse, estarán gritándose pero «eso es amor» indica Emiliana haciendo gala de lo sorprendente que le parece cómo nos comunicamos en nuestro país. Seguidamente, explica que ese final de gritos se transforma en un abrazo con tal intensidad qu e «más o menos uno le fracture la costilla al otro» y, después de estar «media hora en la esquina» contándose qué tal va la vida, se despiden con otro abrazo igual de fuerte y con dos besos «para sanar los golpes», broma Emiliana, dando a entender que nuestra manera de mostrar cariño es algo confusa. Remata contando que muchos suelen repetir una frase casi siempre similar: «Tenemos que irnos por ahí a tomar algo», frase que según cuenta, casi nunca se cumple aunque se diga en repetidas ocasiones cuando saludamos a alguien. «Ya sabes, si un español te insulta, te pega y encima te grita , es amor verdadero», termina explicando en tono irónico la uruguaya.