El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , no solo está determinado a resistir hasta el 9 de julio sin comparecer en el Congreso de los Diputados por el caso Cerdán, sino que pretende diluirla junto a otros tres temas de calado, todos ellos de carácter internacional, en una macrocomparecencia en la que, como tantas otras veces, se acabe hablando de todo y de nada. El Ejecutivo alega problemas de agenda para dilatar las explicaciones del secretario general del PSOE sobre un escándalo de corrupción que golpea tanto a su Secretaría de Organización como al Ministerio de Transportes. Pero además, evitará un pleno monográfico en el que oposición y socios, durante horas, lo interroguen exclusivamente por las andanzas de su ex...
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