«He estado muy nerviosa. Era el acto más importante de Castilla y León, así que era normal». María Caamaño, Premio Castilla y León de Valores Humanos y Sociales, a sus doce años , casi intentaba justificar las lágrimas que no pudo evitar cuando el auditorio del Miguel Delibes la ovacionó durante más de un minuto al recoger la medalla, «muy bonita», que lucía con orgullo sobre su vestido azul turquesa. Fueron muchos los que compartieron esas lágrimas ante el aplomo de la pequeña y su forma de enfrentarse a la enfermedad, un sarcoma de Ewing. Aferrada a su inseparable peluche -buhíta bonita- y acompañada en el escenario por su hermana, se ganó la atención y el cariño de todos los...
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