El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los mayores retos sociales de la provincia de Alicante y en una de las principales causas de exclusión. Un problema que no solo afecta a las personas sin hogar o con ingresos extraordinariamente bajos sino también a familias con empleo precario, personas migrantes, mujeres solas con menores a cargo y jóvenes que no pueden emanciparse. El alto coste de los alquileres y la escasa oferta de vivienda asequible en un mercado inmobiliario tensionado está dejando fuera del sistema a miles de personas, abocándolas a situaciones de inseguridad o hacinamiento.