La última vez que estuve en Nueva York fue hace 25 años. Había nevado y la temperatura marcaba veinte bajo cero. He vuelto hace unos días con un calor húmedo y asfixiante. En el edificio en el que vivo, el ruido permanente de las máquinas de refrigeración del patio impide conciliar el sueño. La ciudad es cara, está sucia y montones de sacos de basura se acumulan en la calle. Utilizó el metro para desplazarme, que es el medio más rápido. El otro día lo cogí para ir a ver un partido en el Yankee Stadium y llegué al Bronx en 20 minutos. La frecuencia de los trenes es excelente, pero da la impresión de que no se ha invertido...
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