Desde el 1 de enero de 2026 Hacienda va a cambiar el modo de vigilar los pagos que realizamos con el móvil , sobre todo los que recibe cualquier pequeño negocio o empresa. De esta manera, las entidades financieras tendrán que remitir cada mes al Fisco todas las operaciones realizadas por empresas y profesionales . Los cambios son sencillos: se elimina la barrera de los 3.000 euros y las entidades deberán informar de toda operación, así como que la información sobre cuentas y sistemas de cobro mediante tarjetas o teléfonos móviles pasará a ser de anual a mensual. Por lo tanto, Hacienda se centrará más a partir del año nuevo en el patrón que siguen esos movimientos (frecuencia, principalmente) que en la cuantía de los mismos. Un pago entre familiares o amigos como una cena o un regalo seguirán sin ser informados. Gran parte de la confusión ha llegado por aquello que se podría considerar como una 'donación encubierta' . También pueden surgir dudas en relación a cuestiones como, por ejemplo, qué ocurre con los alquileres en los que Bizum entra en juego . José María Camarero, periodista económico de ABC , ya alertaba de que «si Hacienda —no el banco— descubre que se esconde una actividad económica o que son demasiado frecuentes, entonces sí puede encender sus propias alertas». Sobre el caso concreto del alquiler mediante Bizum se ha pronunciado Alejandro Navarro, asesor fiscal, en 101TV. Un método de pago que no es el más frecuente debido a los límites establecidos por operación, día y mes, pero que, aun así, es posible en nuestro país. Alejandro Navarro, asesor fiscal, ha indicado qué ocurriría en el supuesto de que tres personas compartan un piso y dos de ellas paguen mediante Bizum su parte correspondiente a una tercera para que esta sea quien haga, finalmente, la transferencia al arrendador. «Es algo que se demuestra fácil», asegura Alejandro Navarro en 101TV. «No hay problema porque se entiende que hay un contrato que lo demuestra », sostiene este asesor fiscal. Añade que «entra dentro de este alarmismo social», pero, sobre todo, que Hacienda no vigilaría estos movimientos de dinero por tratarse de particulares, así como por estar respaldado por un contrato del alquiler. De este modo, «todo queda registrado y se entiende como un movimiento comprensible. Al igual que aquellos Bizum que se realizan entre familiares de forma regular. Se ha creado un alarmismo social que no corresponde con la realidad », concluye.
