Era imposible, dada la relevancia de su predecesor, que a
Marko Dmitrovic no se le colgara el sambenito de ‘sustituto de Joan Garcia’ a su llegada al
RCD Espanyol. El de Sallent, portero con más paradas del pasado campeonato (146) y uno de los héroes de la permanencia perica, dejó un vacío muy difícil de llenar: en lo deportivo y, sobre todo, en lo emocional.
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