Ante una oleada de ataques- e intentos- del oso a las colmenas de la comarca de Babia, los apicultores y el alcalde del Ayuntamiento de San Emiliano han exigido soluciones mediante un comunicado. Así, este lunes han denunciado la «clara injusticia» que suponen las compensaciones que reciben por los daños provocados; unas indemnizaciones, han señalado, «que no cubren ni de lejos las pérdidas reales sufridas ni el esfuerzo necesario para mantener la actividad», informa Ical. Los ataques de oso, ha apuntado el alcalde, David Marcello , no solo implican la destrucción de colmenas, sino también la pérdida de enjambres, la interrupción de la producción de miel durante toda la temporada y, en muchos casos, daños materiales adicionales que no son reconocidos en las valoraciones oficiales. A ello se suma, han señalado en el texto, la valoración de las colmenas dañadas . Los apicultores han denunciado que en numerosos casos los guardas forestales de la zona califican como recuperables enjambres que han permanecido varios días a la intemperie y expuestas a las duras condiciones del invierno de la montaña babiana, «sin que exista certeza alguna de que ese enjambre pueda recuperarse con garantías». Apicultores y Ayuntamiento han insistido en que «la convivencia con la fauna salvaje solo es posible si se garantiza una compensación justa, rápida y proporcional a los daños reales». Proteger al oso pardo, han subrayado, «no puede hacerse a costa de arruinar a quienes viven y trabajan en el medio rural», por lo que han reclamado una revisión urgente de los baremos de indemnización, pagos ágiles y completos y medidas preventivas eficaces financiadas al cien por cien, para que la conservación del oso pardo sea compatible con la supervivencia de la apicultura tradicional. «Sin una respuesta justa por parte de las administraciones, el abandono de colmenares y la pérdida de actividad apícola será inevitable, con graves consecuencias para la economía rural y la biodiversidad», han concluido. La situación se ha dado en un año en que, como confirmaban las patrullas oseras de Castilla y León a ABC en noviembre, ha habido escasez de alimento silvestre en la Cordillera Cantábrica, con una «mala cosecha de bellota por la sequía» y un «castaño muy flojo», por lo que este animal protegido ha decidido bajar a municipios leoneses en busca de comida, con el fin de preparase para hibernar.