La vida boomer: la (pen)última polémica del año
Arden las redes, y esta vez –¡oh, sorpresa!– no son teas prendidas contra Juan Soto Ivars, autor de «Esto no existe: las denuncias falsas en violencia de género» (Debate), sino contra Analía Plaza, que ha escrito «La vida cañón: la historia de España a través de los boomers» (Temas de hoy). Aunque en realidad da igual que los nuevos inquisidores persigan a uno u otro autor; lo preocupante es que se produzcan este tipo de linchamientos donde hasta representantes públicos señalan al hereje que ha osado destapar la caja de los truenos, tocar un tema tabú, abrir un debate vedado a la sociedad. Cuestionar los datos «oficiales» de denuncias por violencia de género en el caso de Soto Ivars, y constatar en voz alta que nuestros padres –la generación del «baby boom»– viven mejor que nosotros y que el sistema actual de pensiones es insostenible en el caso de Analía Plaza.
El procedimiento a la hora de linchar es el mismo: «No hemos leído tu libro pero nos parece una barbaridad lo que dices en tu libro, así que procedemos a cancelarte y, de paso, nos metemos con tu peinado, porque te has teñido de rosa o porque te peinas con el lametón de una vaca».
Pero vamos a centrarnos en la que ha sido la (pen)última polémica cultural del año, ahora que todavía quedan rescoldos en la red social X de la pira en la que fue quemada la autora de «La vida cañón» el pasado fin de semana. Es curioso el caso de Analía en tanto que su ensayo se publicó el pasado mes de septiembre, y ya entonces causó cierta incomodidad en su «tournée» mediática –al punto de que «boomers» le dedicaron vehementes columnas en la prensa reconociendo abiertamente no haber leído el libro–, pero sin que llegase la sangre al río. Ha sido recientemente cuando un titular sacado de contexto –«Los nuevos jubilados españoles se están pegando la vida cañón»– de una entrevista en el diario «El Mundo» ha despertado la ira contra su autora, propiciando toda clase de andanadas contra ella. Hasta el ministro [[LINK:TAG|||tag|||633612fc5c059a26e23f76b2|||Óscar Puente]] –por otra parte sospechoso habitual– ha puesto en la picota la cabeza de Analía Plaza.
Sin embargo, no hay más que leer su libro para darse cuenta de que este titular, al igual que el título del ensayo, es una provocación, una estrategia de marketing. «La vida cañón» no va contra los «boomers, sino sobre los «boomers», y con todo el respeto que se debe. La autora se limita a contar por qué los jóvenes (no todos) estamos en la situación que estamos –vivienda inasequible, trabajos precarios, sin hijos y con miras a corto plazo– explicando por qué nuestros padres están (no todos) en la situación que están –pensiones generosas, prejubilaciones, segundas viviendas, viajes a todo plan...–.
Para ello, la autora, siguiendo el método de un largo reportaje periodístico, se entrevista con un buen número de nacidos durante el «boom» demográfico para recoger sus vivencias y sus impresiones. También habla con expertos varios que le ayudan a entender este desequilibrio entre generaciones. Y, curiosamente, si algo podemos echar en falta en «La vida cañón» son valoraciones y conclusiones de la autora, quien prefiere limitarse a exponer los testimonios recogidos y ensamblar el puzle de la realidad social.