¿Mensaje cifrado? Alonso y su Ferrari clásico en Mónaco
Las imágenes han dado la vuelta a las redes. Fernando Alonso, al volante de un Ferrari 512 TR, conduciendo por las calles de Mónaco. Sin notas de prensa, sin declaraciones, sin posados: solo el piloto y un deportivo clásico de Maranello haciendo lo que mejor sabe rugir.
El detalle que ha disparado las especulaciones es la matrícula personalizada: 3314. Un guiño que mezcla dos cifras icónicas para el piloto: el “33” por la victoria que sus seguidores esperan desde hace años, y el “14”, su dorsal desde que debutó en Fórmula 1. Nadie elige ese número por azar. Y menos en un Ferrari.
Así es el Ferrari 512 TR que ha hecho rugir Alonso
| Versión | Potencia | Autonomía | Precio | |
|---|---|---|---|---|
| Ferrari 512 TR | 428 CV | N/D | ≈ 200.000 € (colección) |
Fernando Alonso in his Ferrari 512 TR on the streets of Monaco ????
— La Gazzetta Ferrari (@GazzettaFerrari) December 13, 2025
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Un Testarossa con esteroides
Lanzado en 1991 como evolución directa del Testarossa, el 512 TR afinó su receta sin perder el alma: motor bóxer V12 de 4.943 cm³, 428 CV, 491 Nm de par y cambio manual de cinco marchas. Acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanza 313,8 km/h. Todo sin control de tracción ni filtros electrónicos.
Mide 4,48 metros de largo, 1,976 de ancho y solo 1,135 de alto. Su peso en vacío es de 1.473 kg. Ferrari bajó la altura al suelo del chasis para mejorar el centro de gravedad, afinó el reparto de masas y rediseñó detalles del interior como los asientos, el salpicadero o el volante para mejorar ergonomía y sensaciones.
¿Solo una vuelta o algo más?
Alonso no ha comentado nada oficialmente. No lo necesita. La escena habla por sí sola: Mónaco, Ferrari clásico, matrícula 3314. Algunos lo interpretan como un homenaje; otros, como un gesto calculado para encender la mecha. Lo cierto es que no hay confirmación de ningún movimiento de escudería. Pero la narrativa está servida.
Desde su salida de Ferrari en 2014, el asturiano ha vivido una carrera de contrastes. Ahora, con 44 años, sigue activo en F1 con Aston Martin, persiguiendo esa esquiva victoria número 33. Este guiño visual, sin palabras ni ruedas de prensa, recuerda que Alonso domina también el lenguaje de los símbolos.
Y el 512 TR, con su rugido sin filtros, es la metáfora perfecta: no hay ayudas, no hay disfraces. Solo máquina, manos y mensaje.