Las plantas que nunca debes sembrar juntas: pueden contagiarse enfermedades
Tener un huerto o un jardín en casa engancha: empiezas con cuatro macetas y, casi sin darte cuenta, estás planeando dónde poner los tomates, qué aromáticas te caben y si este año te animas con algún frutal. Pero hay un detalle que suele pasarse por alto y que marca la diferencia entre una temporada tranquila y otra llena de problemas: no todas las plantas son buenas vecinas. Algunas, cuando comparten el mismo espacio, se estorban, compiten demasiado o se contagian plagas y enfermedades entre ellas.
Tomate y patata
A muchos les parece práctico plantarlos cerca porque son básicos del huerto, pero precisamente ahí está el problema: tomate y patata son de la misma familia y comparten enemigos. Cuando una de las dos enferma, la otra está mucho más expuesta, y ciertas enfermedades fúngicas pueden extenderse con rapidez si hay humedad, riegos que mojan hojas o poca ventilación.
Albahaca e hinojo
En huertos pequeños se nota especialmente: el hinojo puede interferir en el desarrollo de plantas cercanas y hacer que la albahaca pierda vigor, crezca poco o se marchite sin una causa visible como una plaga. Si quieres hinojo, lo más sensato es tratarlo como una planta independiente: en una maceta aparte o en un rincón aislado del resto de aromáticas.
Cebolla y judías
Aprovechar huecos con cebolla parece una buena idea, hasta que la colocas junto a leguminosas como las judías. En esa combinación, lo habitual es que la leguminosa se resienta: menos crecimiento, plantas más flojas y una producción más pobre.
Maíz y tomate
Esta pareja engaña porque, en altura, parece complementaria. Sin embargo, cuando comparten bancal pueden competir por nutrientes en suelos domésticos que no siempre están tan enriquecidos como haría falta para dos cultivos exigentes. Además, la cercanía puede favorecer que ciertas plagas encuentren un recorrido fácil entre plantas.