Hay algo que une a Manuel Azaña y a Michel Houellebecq: la poca relevancia de escribir algo en un libro. Azaña sostenía que para tener un secreto en España lo mejor era ponerlo en un libro. A Houellebecq, cuando le preguntan si ahora hay menos libertad que antes (aunque ese antes no esté fechado), dice que las novelas siguen estando protegidas, pero que una entrevista es muy peligrosa. Puedes escribir 'Sumisión', pero si alertas en un periódico de la islamización consentida de las sociedades europeas ya es otra cosa. La ficción, al menos en Francia, no se cuestiona. Pero un artículo o una entrevista, sí. Luego viene el caso que te hagan y el drama que se monte. Una escritora...
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