En el ojo del huracán político por tender su mano a Pedro Sánchez, con notables bajas y malestar en las filas de su partido, y la incertidumbre de cualquier madre primeriza que vive la recta final de su embarazo confinada, en un país paralizado por la pandemia. Probablemente, Inés Arrimadas nunca imaginó que su sueño de convertirse en madre llegaría en un ambiente tan apocalíptico y crispado, después de un año intenso en el que su vida ha cambiado a todos los niveles. En mayo de 2019, hizo las maletas, se despidió del Parlament y desembarcó en Madrid para concurrir a las elecciones generales de noviembre que dejaron tiritando al partido, con Albert Rivera en la cuneta. En octubre anunció su embarazo - «me ha costado mucho», reconoció- y en marzo se convirtió en presidenta de Ciudadanos.
A punto de cumplir los 39 años, el pasado jueves -día en el que salía de cuentas- daba a luz en un hospital de Madrid a un niño, fruto de su matrimonio con el exdiputado de CIU Xavier Cima. Lo anunció a través de su cuenta de Instagram, desvelando el nombre. «Hoy ha llegado al mundo el pequeño Álex. ¡Qué ganas teníamos de verle la carita! Estamos inmensamente felices y muy emocionados por este gran regalo que nos ha dado la vida. Ha ido todo muy bien y estamos en perfecto estado», escribió en un mensaje que en seguida obtuvo miles de felicitaciones. Desde la del presidente Pedro Sánchez al exlíder naranja Albert Rivera o compañeros de partido como Ignacio Aguado o Begoña Villacís. Y cómo no, se colaron algunos comentarios con tintes políticos sobre el viraje de su partido al centro o el país que le gustaría dejar a ese niño.
Edmundo Bal
Arrimadas también comentó que se tomará unas semanas de permiso de maternidad para poder dedicarse al niño, aunque no ha especificado cuántas. Edmundo Bal, portavoz adjunto en el Congreso, que ya ejerció el pasado miércoles en la votación de la nueva prórroga, será la voz cantante de la formación durante su baja temporal.
Desde que se decretó el estado de alarma, Arrimadas se sometió a un estricto confinamiento en su piso de Madrid cerca del Congreso, con su marido y su perrita Suiti. Solo abandonó el inmueble para alguna revisión médica y acudir al Congreso de los Diputados el pasado 6 de mayo para votar a favor de la cuarta prórroga del estado de alarma. Se arriesgó a salir, en primer lugar, para dar la cara en un momento político delicado y, segundo, porque el bebé estaba a término y ya no existía riesgo de parto prematuro. Durante las semanas de aislamiento, Arrimadas dio la cara de manera virtual a través de ruedas de prensa telemáticas y entrevistas por teléfono. El pasado sábado mantuvo un encuentro digital con militantes de Ciudadanos. El poco tiempo que le quedaba lo dedicó a hacer algo de ejercicio en una cinta, comprar el ajuar para el bebé vía online y hacer videollamadas con sus padres -afincados en Jerez- y sus amigos.
De manera involuntaria, Álex ha nacido en Madrid ante la imposibilidad para viajar durante el estado de alarma. El matrimonio mantiene un piso de alquiler en Barcelona, al que probablemente hubieran regresado durante una semanas a la espera del bebé. Tanto la familia de Xavier como buena parte de sus amigos están afincados en Cataluña.
La pareja se conoció en 2013 en el Parlament catalán en bancadas opuestas, generando un sinfín de titulares sobre el triunfo del amor sobre la ideología. A medida que la situación política se recrudeció en Cataluña, Cima decidió apearse de la política para recalar en la empresa privada. Actualmente trabaja como director de política digital en Kreab, una asesoría en estrategia empresarial. El próximo julio celebrarán su cuarto aniversario de boda convencidos de que Álex heredará un mundo mejor del que encontró al nacer.
