Siete victorias de siete partidos. Un arranque de temporada brillante con la salvedad del despiste de la
Champions. Castigados por el exigente calendario con ocho lesiones importantes, ahora ya podemos decir que este
Barça es un equipo. Da igual quién juegue y las rotaciones que haya. El equipo sabe a lo que juega. El buque insignia es la actitud de ir a por todas hasta el minuto noventa. Las señas de identidad son la presión alta, las coberturas y un despliegue en el campo que hacía tiempo no veíamos. Los jugadores están bien colocados y corren cuando lo han de hacer, no de forma inútil.
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