Crítica de 'Algo le pasa a mi yerno': Fobia a los parientes ★★1/2
Bueno, «Algo le pasa a mi yerno» y al suegro de este pobre tipo, polifóbico, hipocondríaco, con tendencias suicidas solo para llamar la atención, que padece ataques de ansiedad y al que su psicólogo lo manda, harto ya de sus historias tras cinco años en balde de terapia, elegantemente a la porra con un consejo durante la última sesión: que se busque a una pareja tan trastornada como él mismo.
Lo que jamás imaginó es que la chica qe encuentra su otrora paciente es la hija única del señor médico. Que, por cierto, es un insufrible pijo y egoísta de tomo y lomo que se inventará lo que sea para acabar con esa relación ya que no lo ve un buen partido.
Entre filmes como «Los padres de ella» y la comedia más tradicional francesa (ya saben, esa protagonizada por personajes de clase media alta que poseen casas rurales o en la playa monísimas, veranean en velero propio y beben vinos muy caros mientras saborean un exclusivo foie gras) se desenvuelve el nuevo filme dirigido por Arnaud Lemort, un filme simpático, hasta con su homenaje incluido a «Los pájaros», de Hitchcock, aunque en ocasiones excesivamente histriónico donde el tema de la salud mental, francamente, termina importando un pimiento.
Eso sí, a quien le guste, además del popularísimo actor cómico galo Christian Clavier (esta vez un tanto sobredimensionado) y George Michael va a salir del cine más contento que unas castañuelas. O castagnettes, ya puestos.