Es “la hora del amor”
En los últimos tiempos estamos viendo y viviendo como el viento del Espíritu Santo sopla fuerte sobre las velas de la barca de la Iglesia pilotada por Pedro y, en medio de las tempestuosas olas de la historia, la conduce al puerto seguro que es el Corazón de Cristo, fuente del amor de la que brota la esperanza.