La exposición La forma del ánima, del artista Michele Bajona (Italia, 1971) se presenta en C3 Art Gallery. Se trata de una selección de obras que abarcan distintas etapas de su trayectoria y que por primera vez conviven en un mismo espacio bajo una propuesta curatorial de Carine Capitolo.“Me gustaría que el espectador se identificara con lo que está observando, que se encuentre en otros cuerpos y en otras almas para tener una experiencia profunda de transformación y salir enriquecido, y por qué no, volver a ver la exposición varias veces”, declara el artista.La preparación de La forma del ánima ha supuesto para Bajona un reencuentro con su propio proceso: al colocar juntas acuarelas de rápida ejecución y piezas que requirieron meses de trabajo, ha confirmado que “siempre la primera intención, la que viene del corazón, es la que más conecta a un nivel profundo”. Esa intuición inicial, dice, genera emociones similares independientemente del tiempo invertido.El silencio, aunque presente, no es absoluto en su taller compartido. Bajona trabaja habitualmente con modelos vivos y valora el diálogo interdisciplinar; esa interacción le permite “ir más allá de la forma” y capturar la esencia, a veces en silencio, a veces en una colaboración inesperada que aporta más de lo previsto.Lo que más importaLa búsqueda de lo que “se desliza bajo la superficie” sigue siendo el motor de su obra. Para él, las vibraciones o auras humanas cambian constantemente al igual que la energía ancestral de un árbol centenario.“Probablemente la mejor obra nace de una sensibilidad hacia estos fenómenos, pero sin conocimiento, disciplina y trabajo constante no sería posible transmitirlos”, explica.En la acuarela, el agua y el pigmento son protagonistas imprevisibles. Bajona celebra los accidentes: “Controlar el agua es finalmente comprender cómo se comporta y dejarla ser; es un juego constante que permite llegar más allá de lo previsto, la verdadera poesía es suya porque es naturaleza que transforma”.La disposición diagonal de la sala, propuesta por la curadora Carine Capitolo, responde a principios compositivos presentes en varias de sus piezas y a la larga tradición histórica de la diagonal como elemento de transformación en el arte. Esta decisión espacial influyó directamente en la selección y relectura de las obras expuestas.Cuando pinta figuras que aparecen y desaparecen, Bajona no sigue reglas fijas para decidir cuándo detenerse. Reconoce ese punto exacto entre presencia y desvanecimiento por intuición: “Las obras más logradas tienen este misterio y logran llevar la mirada hacia lo que más importa”. Por eso selecciona muy pocas piezas por exposición en relación a todo lo que produce.En esta nueva etapa ha ampliado conscientemente su paleta tras estudiar a Turner, Sargent y Sorolla, e incorpora por primera vez obras de gran formato realizadas con los materiales de los antiguos maestros —sanguina, carboncillo y tiza—, pigmentos primarios que le permiten “renacer en un lenguaje contemporáneo”, moviéndose entre mancha y línea, entre tradición y actualidad, sin caer en academicismos ni en tendencias pasajeras.Frente a la inmediatez digital que produce imágenes fugaces, Bajona defiende obras con densidad y significado, aunque surjan de gestos rápidos. “He aprendido a ver el tiempo como un aliado y no como un enemigo; esto ha generado un cambio fundamental en mi producción artística”, afirma.La sensación que Bajona desea provocar es precisamente esa identificación profunda con los cuerpos y las almas ajenas, una experiencia transformadora que invite a regresar.La exposición permanecerá abierta hasta finales de diciembre en C3 Art Gallery (Lago Iseo 240).Michele Bajona ha desarrollado su carrera entre Europa y América. Ha participado en exposiciones colectivas e individuales y recibió el primer premio al mejor video documental en la edición 54 de la Bienal de Venecia. En México ha impulsado la educación artística como coordinador del Área de Artes Visuales en la Academia de Arte de Florencia y cofundador de El Galpón Coyoacán y StudioBase, liderando proyectos culturales, residencias artísticas y arquitectónicas. BSMM
