Los 'ismos' del sanchismo son ilimitados y el caso Salazar va camino de convertirse en una referencia de malas prácticas. La justicia investiga cómo Salazar trabajaba en el Ayuntamiento de Dos Hermanas mientras asesoraba a la Moncloa, se supone que en algo más que en subidas y bajadas de bragueta. Pero, oh casualidad, cuando dejó el puesto entró en similar destino municipal su cuñado. Y todavía hay gente que se pregunta para qué quería Toscano un hipódromo en Dos Hermanas. Hagan apuestas. El Ayuntamiento nazareno, que no encontró el contrato de Salazar cuando se lo requirió la UCO, sostiene ahora que todo está en regla en este otro vínculo bajo sospecha. Tanta casualidad delata que desde lo del Risitas y el Peíto no se había visto un caso de cuñadismo tan de libro.