El Córdoba CF ha contado con gratas sorpresas en este primer tramo de la temporada en lo relativo a sus incorporaciones estivales. Desde la personalidad y la firmeza de Fomeyem, pasando por el criterio y el cerebro en la medular que representa Dani Requena , hasta llegar al poder ofensivo y los goles de Adrián Fuentes . Sin embargo, es en la portería donde Iker Álvarez se ha consolidado como un protagonista inesperado y como uno de los guardametas más destacados de la Segunda División respecto a los partidos que ha disputado. Aunque la pareja conformada por Carlos Marín -con contrato hasta el 30 de junio de 2028- y Ramón Vila -vinculado hasta el 30 de junio de 2027- iba a ser la que protagonizaran los tres palos blanquiverdes tanto en el presente como en el futuro más lejano. A pesar de esta idea, la directiva blanquiverde se embarcó en un movimiento inesperado en este mercado estival como era el de Iker Álvarez, portero del Villarreal B e internacional absoluto con Andorra a sus 24 años que era un clara apuesta para el futuro de la portería cordobesista junto a Vila. Este movimiento tuvo una consecuencia directa al mandar cedido a Ramón Vila al Eldense -equipo en el cual ha logrado ser uno de los porteros más destacados de Primera Federación -, pero Carlos Marín se mantuvo firme , como era de esperar, en la portería del Córdoba. Por la parte del guardameta andorrano, Álvarez siempre estuvo dando lo mejor de si mismo en los entrenamientos, demostrando una personalidad que poco a poco iba convenciendo cada más a su técnico, Iván Ania. Como protector de El Arcángel durante los últimos cuatros años, su figura estaba más que cimentada en la entidad blanquiverde y era muy respetada por el aficionado cordobesista. Aunque las oportunidades eran escasas, el trabajo de Iker Álvarez tuvo rápidamente su recompensa. Tras cinco jornadas donde la figura de Carlos Marín estuvo muy cuestionada al ver su portería perforada en nueve ocasiones , el internacional absoluto con Andorra tuvo su oportunidad ante el Racing de Santander. Con la misión de parar al equipo con más olfato goleador de la competición, Álvarez se marchó ovacionado de El Arcángel tras firmar una actuación que, sin sus grandes intervenciones, la renta en contra pudo ser mucho mayor más allá de los dos goles que encajó. Tras esto, siempre que estuvo en convocatoria, el portero andorrano ha sido titular. En trece partidos ha dejado un muy buen sabor de boca al encajar catorce dianas -una media de casi solo un gol por partido- y dejar su portería a cero en cuatro ocasiones . Si se unen estos números a los de Carlos Marín, el Córdoba, motivado también por la gran labor de la línea defensiva, ha encajado un total de veintitrés goles . Estos números le hacen ser el séptimo equipo menos goleado de la competición , algo impensable en la campaña pasada cuando el cuadro blanquiverde era el equipo más goleado junto al Cartagena en las primeras diecinueve jornadas. En lo relativo a las porterías a cero, solo cinco equipos -Ceuta, Albacete, Sporting, Las Palmas y Cádiz- han logrado echar el cerrojo a su portería en más ocasiones que el conjunto cordobesista. Este rendimiento se explica, en parte, por las t reinta y cinco intervenciones de Iker Álvarez y de las cuales veintitrés se han producido dentro del área. En el plano individual, resulta complejo establecer comparativas directas con el resto de porteros de Segunda División, ya que el andorrano no ha disputado la totalidad de las jornadas . Aun así, existen indicadores en los que se refleja como su figura sobresale. El primero es el coeficiente de goles encajados , herramienta que mide la relación entre los partidos jugados y los tantos recibidos. En este apartado, el guardameta blanquiverde ocupa la séptima posición de la categoría con una media de 1,08 goles por encuentro. Para ofrecer una comparación más ajustada, si se iguala el número de partidos disputados en trece encuentros respecto a todos los guardametas de Segunda División, Iker Álvarez presenta registros muy destacados. En ese escenario, sería el séptimo portero que menos goles ha encajado , solo por detrás de Germán Parreño (Deportivo, 12 goles), Ander Cantero (Burgos, 12), Juan Soriano (Leganés, 11 goles), Guilherme (Valladolid, 11 goles), Víctor Aznar (Cádiz, 9 goles) y Horkas (Las Palmas, 8 goles). Por último, si se hace una comparativa con la campaña anterior del Córdoba en este mismo punto de la temporada, las mejoras son destacadas . El binomio formado por Iker Álvarez y Carlos Marín ha reducido drásticamente los treinta goles encajados. Además, con las seis porterías a cero logradas entre ambos guardametas , mejoran también las cuatro materializadas en el anterior curso. Para concluir con un análisis individualizado entre ambos guardametas, aunque en la pasada campaña Carlos Marín tuvo una mayor cantidad de trabajo con una línea defensiva que no terminaba de carburar, Iker Álvarez ha encajado seis goles menos respecto a los trece primeros partidos del meta almeriense. Sea como fuere, es una realidad que el guardameta andorrano ha logrado arrebatarle la titularidad al capitán blanquiverde, algo que no ocurría desde el pasado 6 de abril tras superar unas molestias en el sóleo que le mantuvieron ausente dos fechas. Dentro de la carrera de Carlos Marín en el Córdoba, tras ganarle la titularidad a Felipe Ramos en la temporada 2021-2022, porteros como Pablo Picón, Lluis Tarrés o Ramón Vila no habían sido capaces de amenazar el puesto de Marín.
