La niebla es uno de los fenómenos meteorológicos más peligrosos para la conducción, especialmente en invierno. Reduce drásticamente la visibilidad, distorsiona las distancias y multiplica el riesgo de accidentes por alcance. Por este motivo, la Dirección General de Tráfico (DGT) insiste cada año en una serie de pautas clave para circular con seguridad cuando aparece, entre ellas la conocida como Regla de las 3V , que cobra especial importancia en periodos de gran movilidad como la Navidad. Durante estas fechas, millones de conductores se desplazan por carretera para reuniones familiares, vacaciones o para disfrutar de alguna escapada. Con un volumen de tráfico tan elevado, cualquier error se paga caro. Por eso, entender y aplicar correctamente la Regla 3V puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y una situación de riesgo. La Regla de las 3V es un principio sencillo que ayuda a adaptar la conducción a condiciones de niebla . Se basa en tres conceptos que deben estar siempre equilibrados: La idea es que cuanto menor sea la visibilidad, menor debe ser la velocidad y mayor la distancia con el coche que circula delante. No se trata de mantener la velocidad máxima permitida, sino de ajustarla a lo que realmente se ve . Si solo puedes ver 50 metros, tu velocidad debe permitirte detener el vehículo dentro de ese espacio sin riesgo. Uno de los mensajes más repetidos por la DGT cuando hay niebla, y que forma parte esencial de esta estrategia de seguridad, es circular siempre por el carril derecho en autopistas y autovías. Esta recomendación no es casual, ya que con visibilidad reducida, el carril derecho ofrece varias ventajas: Seguir por el carril izquierdo porque se ve mejor o por inercia puede generar situaciones muy peligrosas , especialmente si otros conductores no esperan encontrar un vehículo lento en ese carril. Otro error frecuente en días de niebla es el uso incorrecto de la iluminación. La DGT recuerda que es obligatorio encender las luces de cruce y, cuando la visibilidad es muy reducida, las luces antiniebla , especialmente la trasera. Sin embargo, no deben utilizarse las luces largas , ya que el haz se refleja en la niebla y empeora aún más la visión. El objetivo, según la DGT, es siempre el mismo, ver y ser visto . También es fundamental comprobar el buen funcionamiento de los limpiaparabrisas y mantener los cristales desempañados para no perder más visibilidad. Con niebla, la conducción debe ser suave y previsible . Evitar frenazos, aceleraciones bruscas y adelantamientos innecesarios es muy importante. No conviene pegarse al coche de delante tomando como referencia sus luces de freno, ya que un frenazo inesperado puede provocar un accidente en cadena. Si la niebla es muy densa, la DGT aconseja utilizar como guía las líneas del margen derecho de la carretera y extremar la atención ante peatones, ciclistas o motocicletas, mucho menos visibles en estas condiciones. Y es que la niebla suele aparecer de forma repentina, especialmente de noche y a primeras horas de la mañana. Por ello, planificar el viaje, consultar el estado de las carreteras y estar informado a través de los canales oficiales de Tráfico es una medida preventiva tan importante como conducir bien.