Al final de 2025 es posible argumentar que en estos últimos doce meses la superpotencia asiática ha salido más que airosa del pulso geopolítico con Estados Unidos. De hecho, ha ganado la disparatada guerra comercial planteada por Donald Trump gracias a su casi monopolio del comercio de tierras raras , sin las cuales no se pueden construir aviones de combate, automóviles o tecnología verde. Sobre todo, Xi Xinping ha aprendido a tratar con un presidente estadounidense más furioso y errático que nunca y a utilizar a su favor la enorme interdependencia económica entre sus países. A diferencia del nuevo consenso de Washington, inspirado en el proteccionismo, Pekín defiende algunas normas de comercio internacional, que le permiten exportar bienes de cada...
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