El proyecto empresarial de Violeta Mangriñán continúa creciendo, pero no sin contratiempos. Maison Matcha, la firma de té matcha que la creadora de contenido puso en marcha a mediados de 2024 y que ya cuenta con dos locales en Madrid y uno próximo a abrir en Valencia, se ha visto afectada por una sucesión de robos que han terminado por colmar la paciencia de su fundadora. Tras más de un año asumiendo pequeñas pérdidas sin recurrir a la vía legal, Mangriñán ha decidido actuar después de un nuevo incidente ocurrido el pasado 24 de diciembre. Según ha relatado ella misma a través de sus redes sociales, una pareja sustrajo una de las camisetas a la venta en uno de sus establecimientos con total naturalidad y a plena vista del resto de clientes. Las cámaras de seguridad captaron el momento en el que uno de ellos se llevaba la prenda mientras su acompañante cubría la acción y ambos permanecían después en el local como si nada hubiera ocurrido. Este episodio no ha sido un hecho aislado. La empresaria ha explicado que los hurtos se repiten con frecuencia y afectan a productos de todo tipo, desde elementos decorativos hasta artículos de merchandising. Un goteo constante que, según sus cálculos, supone pérdidas cercanas a los 600 euros por local , una cifra que ha terminado por forzar un cambio de postura. Mangriñán ha anunciado que emprenderá acciones legales y que las personas implicadas tendrán prohibido el acceso a cualquiera de sus establecimientos. La indignación de la influencer no solo tiene que ver con el perjuicio económico, sino también con la actitud mostrada durante el robo. En sus declaraciones, ha señalado especialmente la complicidad de la acompañante del presunto ladrón, un comportamiento que considera difícil de justificar y que ha generado una fuerte reacción entre sus seguidores. La historia dio un giro inesperado horas después, cuando la joven implicada se puso en contacto con la empresa para reclamar una bolsa que había olvidado en el local durante el robo. Ese descuido permitió identificar a los responsables y abrió una vía de diálogo que, de momento, ha evitado que el caso llegue a los tribunales. Según ha explicado Mangriñán, ambas partes han acordado que la prenda sustraída sea abonada, aunque ha dejado claro que, de no cumplirse ese compromiso, presentará una denuncia formal. Pese al mal trago, la fundadora de Maison Matcha ha querido subrayar que no permitirá que este tipo de episodios empañen su proyecto empresarial, en plena fase de expansión. Un negocio que sigue creciendo, pero que también ha puesto sobre la mesa una realidad incómoda para muchos pequeños comercios: la normalización de los hurtos y la dificultad de gestionarlos sin consecuencias.