Cáceres, una escapada imprescindible para empezar 2026
Con la llegada del nuevo año, los amantes de los viajes ya
comienzan a plantear su agenda de cara a los próximos meses. Es tiempo de hacer
listas, de pensar en destinos y de decidir invertir el tiempo libre. En ese
listado, Cáceres se consolida como una de esas ciudades perfectas para
disfrutar despacio y con los cinco sentidos. Historia, gastronomía
y una oferta turística cuidada convierten este destino en una propuesta
ideal tanto para quienes buscan una escapada cultural como para los que
prefieren dejarse llevar por el paladar y descubrir algunos de los sabores más
reconocibles de la geografía española.
Un recorrido que respira historia
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO,
Cáceres conserva uno de los conjuntos medievales y renacentistas mejor
preservados de Europa. Cruzar el arco de la Estrella es entrar en otra
época, en un entramado de calles empedradas, palacios de piedra y torres que
narran siglos de historia. Pasear sin rumbo por la ciudad monumental forma
parte del plan, pero hay paradas que ayudan a entender su relevancia histórica.
La Plaza Mayor es el mejor punto de partida, ese
lugar donde se encuentran la ciudad moderna y la antigua. Desde allí, la Torre
de Bujaco ofrece una de las mejores vistas del casco histórico. La Concatedral
de Santa María, con su imponente retablo, o el Palacio de los Golfines
de Abajo, ligado a los Reyes Católicos, permiten comprender el peso
político y social que tuvo Cáceres durante siglos. Al caer la tarde, la luz
transforma la ciudad y apetece perderse entre la Plaza de San Jorge, la
muralla y los antiguos aljibes, cuando el ritmo se vuelve aún más pausado.
Gastronomía con carácter propio
Cáceres tampoco se entiende sin su gastronomía.
Extremadura ha sabido convertir la cocina tradicional en un valor diferencial,
y la ciudad es uno de sus grandes escaparates. La propuesta culinaria se apoya
en productos reconocibles y de calidad: jamón ibérico de bellota, quesos
con denominación de origen como la Torta del Casar, migas, calderetas
o carnes de caza, reinterpretados hoy desde una mirada más actual.
A esta base se suma una generación de cocineros que ha sabido actualizar el recetario sin perder su esencia, situando a Cáceres como un destino gastronómico de primer nivel. Referentes como Atrio, con tres estrellas Michelin, conviven con propuestas más desenfadadas y muy ligadas al producto, como Miga, donde el recetario popular se presenta con un enfoque contemporáneo, o PandeHuerta, que apuesta por una cocina honesta y de temporada. Completan el recorrido direcciones como Torre de Sande o Casa Madruelo, de corte más actual, y clásicos como El Figón de Eustaquio o La Minerva, imprescindibles para conocer la tradición culinaria cacereña. Aquí, sentarse a la mesa no es un complemento del viaje, sino una parte esencial del plan.
Casa Pizarro Hotel: dormir entre historia y calma
Para que la escapada sea realmente completa, el alojamiento
debe estar en sintonía con el destino. Dormir en un lugar que respire historia
y tranquilidad y esté en sintonía con el entorno marca la diferencia. Casa
Pizarro Hotel es una de esas direcciones que elevan la experiencia del
viaje.
Situado en plena calle Pizarro, en el corazón del
casco histórico, este hotel boutique de cuatro estrellas ocupa lo que en
el siglo XVIII fue una antigua casa de lanas, vinculada al próspero
comercio que hizo de Cáceres un enclave clave durante la Edad Moderna.
El edificio, testigo del paso de comerciantes y de la actividad de la Mesta, ha
sido cuidadosamente restaurado para devolverle su esplendor sin perder su
identidad.
La rehabilitación, llevada a cabo por Grupo Zaguán,
ha respetado los elementos originales del inmueble: muros de piedra, vigas de
madera, techos altos y materiales nobles conviven hoy con un diseño
contemporáneo y funcional.
Sus 21 habitaciones, todas diferentes, distribuidas
en tres categorías (Estándar, Deluxe y Junior Suite) están pensadas para
ofrecer una estancia cómoda y tranquila. Algunas de ellas disponen de terrazas
con vistas privilegiadas, mientras que el interior apuesta por tonos
cálidos, antigüedades restauradas y una iluminación cuidada. Detalles como los amenities
elaborados con aceite de oliva virgen extra refuerzan el vínculo con el
territorio.
Su ubicación, junto al Museo Helga de Alvear y a
pocos pasos de restaurantes como Atrio o Torre de Sande, lo
convierte en un punto de partida ideal para recorrer la ciudad a pie. A ello se suma la posibilidad de disfrutar de una cuidada propuesta gastronómica sin salir del hotel, de la mano de PandeHuerta.
Incluir Cáceres en la agenda de viajes de 2026 no es
solo una buena idea: es una forma acertada de empezar el año exprimiendo los
próximos meses para sacarles el máximo provecho.