Decisiones equivocadas
Las puertas jubilares empiezan a cerrarse aquí en Roma, y con ellas llega la hora del balance. Aunque el año santo no termina aún, se siente ya ese silencio previo al final, cuando uno se mira sin excusas. Como voluntaria he visto la trama invisible que sostiene estos encuentros: horas anónimas de trabajo para que todo parezca sencillo. Y cuando lo es, queda la certeza de que lo mejor no ha nacido sólo de nosotros. Entre los jubileos hubo uno inolvidable: el de los detenidos. Áspero, humano, sin adornos. Читать дальше...