Marvel le debe mucho a James Gunn, incluso lo malo. Fue el cineasta quien introdujo con éxito el humor gamberro en la franquicia de Disney, allá por 2014, pero también quien inauguró una tendencia que, más allá de la trilogía de ‘Guardianes de la Galaxia’, se ha seguido a pies juntillas como si fuera un mantra en el universo cinematográfico de los superhéroes. Y en pocos casos ha sido para bien, a pesar de que la fórmula se ha repetido casi tanto como los decimales del número Pi.
De las películas de ‘Thor’ a la serie ‘Hulka’, el humor irreverente se ha servido en Marvel como una comanda, sin caer en que lo poco gusta y lo mucho cansa. Y claro, se les gastó de tanto usarlo. Hasta que el hijo pródigo volvió a casa para dar una despedida de altura a sus héroes espaciales, esa panda de amigos que encabeza Chris Pratt y que forman un grupo de marginados, desde el árbol de Vin Diesel al malhablado mapache de Bradley Cooper, el gran protagonista de la película que se estrenó ayer.
Para James Gunn no existe una receta. Él, que asegura pasarse el día haciendo bromas y ser «un ser humano muy sensible», admite que todo viene de fábrica, que le «sale natural». Por si no le creen, intenta esbozar alguna clave sobre su gran logro, el triunfo de un estilo que metió en las casas de millones de espectadores a algunos de los superhéroes más desconocidos de los cómics: «Se trata de aprender a estructurar una película de manera que la comedia no socave el drama y que el drama no sea tan sensiblero que haga ridícula la comedia. Yo mismo lo he mejorado con los años, pero es un delicado acto de equilibrio», explica en una entrevista con ABC el director, que reconoce haber tenido que contenerse «mucho más en esta película que en la primera de ‘Guardianes de la Galaxia’».
Tiene gracia que su emblema, ese humor canalla que en esta despedida galáctica se tiñe de nostalgia, cariño por los personajes y un metraje extenso, hiciera peligrar la presencia de Gunn en el cierre de esta trilogía, tras ser despedido de Disney en 2018. «Creo que la comedia es algo complicado», se excusa el cineasta sobre el peligro de hacer humor en una época en la que la censura se hace en nombre de la corrección política. En pleno revisionismo digital, la lupa de la compañía del ratón dio con unos chistes publicados una década antes en los que el director bromeaba sobre la pedofilia y la violación y decidió prescindir de sus servicios en Marvel. Algo que aprovechó la competencia, DC, para echarle el guante y pedirle que dirigiera ‘El escuadrón suicida’, la segunda, la que le enseñó a la compañía de Warner que, fuera del pozo de oscuridad en la que habían caído sus emblemáticos superhéroes, había luz...
Después de que el reparto al completo protestara por el despido y pidiera el regreso de James Gunn para ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3’, ha querido la providencia que su estreno coincida no solo con la reciente ‘El pacificador’, con John Cena «haciendo de imbécil» en HBO Max, sino también con el nombramiento del director como copresidente y codirector ejecutivo de DC Studios, es decir, el hombre destinado a salvar el futuro de los superhéroes de esta franquicia, dándole un nueva vida a Superman, Batman... y tantos otros. «No es tan raro como se piensan. La gente tiende a pensar que DC y Marvel se odian, pero tenemos mucho más en común que diferencias», asegura Gunn desde París. «Cuando estaba en Marvel y salía una película de DC que no era buena, estábamos desanimados porque queríamos buenas películas de cómics. El público especializado conoce las diferencias, pero, para el espectador medio, Marvel y DC no son tan diferentes, así que si ven una mala película de superhéroes, significa que tienen miedo a ver la siguiente película del género», insiste Gunn, que se muda de la franquicia cuando la crisis de fondo, con salidas como la de Victroria Alonso, empieza a ser más que un cambio de ciclo. Y mientras promete conservar su «lealtad a Kevin Feige» desliza, por si acaso, que volverá a trabajar con Chris Pratt, Dave Bautista y compañía: «Voy a volver a trabajar con ellos porque estamos todos muy unidos».
