Maquiavelo escribió hace cinco siglos que pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. Silvio Berlusconi se esforzó en simular una fachada de afabilidad y simpatía que ocultaba su ansia patológica por el poder. Ningún político del entorno ha ejemplificado mejor el principio de que el fin justifica los medios . Cuando una persona muere, lo habitual es elogiar su trayectoria y sus méritos, pasando a segundo plano sus malas acciones. No tengo antipatía por Berlusconi, pero sería un acto de hipocresía dejar en la sombra sus abusos de poder, el desprecio a las reglas de la democracia y su ambición desmedida. Tuvo que afrontar más de 30 procesos judiciales por prácticas que van desde el soborno...
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