Tras la fumata blanca en Valencia de PP y Vox, apareció la portavoz del PSOE para denunciar ciceronianamente una conjura contra la democracia. El gag resultó sobreactuado y ridículo , pero tenía la apertura de telediario reservada a calzón quitado, y todo el tachintachán de la nomenclatura mediática de la izquierda en la cámara de eco de las redes, fuenteovejuneando todos a una con el mensaje del huevo de la serpiente. Claro que para esa coreografía apocalíptica, rasgándose las vestiduras, fallaba el pequeño detalle de que el PSOE ya ha gobernado con una alianza frankensteiniana de indepes golpistas, exterroristas, comunistas premodernos o posmodernos... Y después de eso, ¿a quién esperan impresionar? Pactar con Vox es mala noticia, como todo pacto...
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