A juicio en Vigo el mayor alijo de cocaína intervenido en España durante la pandemia

Una partida de casi 4.000 kilos es mucha cocaína. La intervención de un alijo así, ya por su volumen, es importante. Pero la operación en la que el 25 de abril de 2020 los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado abordaron el MV Karar , un buque con bandera de Togo de 60 metros de eslora, fue destacable también por otras dos cuestiones: porque fue el mayor alijo de cocaína decomisado en España durante el confinamiento por la pandemia de Covid; pero, sobre todo, porque permitió detener a uno de los narcotraficantes gallegos más potentes en la actualidad, el arousano Juan Carlos Santórum, al que las autoridades consideran cabecilla de esta trama. Santórum ni mucho menos estará solo en el juicio que, en principio, debería comenzar este miércoles, en la sede de Vigo de la Audiencia Provincial de Pontevedra, si no se aplaza para otra fecha, porque algún abogado adelantó que así lo pedirá. Son un total de 29 los procesados que se sentarán en el banquillo por el alijo del Karar, para quienes la Fiscalía pide penas que oscilan entre los 19 y los 13 años de cárcel, por delitos de tráfico de drogas, blanqueo y pertenencia a organización criminal, entre otros. De comenzar finalmente hoy el juicio, la primera sesión se dedicaría a resolver cuestiones previas, y continuaría en días sucesivos, pero respetando el parón de la Semana Santa. Tanto los investigadores de las unidades Greco de la Policía Nacional como el fiscal señalan a Juan Carlos Santórum como el responsable de una organización «coordinada, estable, estructurada y especializada», provista de narcolanchas específicamente diseñadas para el tráfico de drogas, que acudían al encuentro de buques que cruzan el océano Atlántico con grandes cargamentos de cocaína. La trama, supuestamente liderada por el narcotraficantes arousano, era, como se ve, el 'modus operandi' habitual de las organizaciones clásicas: recibir la droga del buque nodriza para introducirla en lanchas por la costa. En su escrito de acusación previo al juicio, y a propósito concretamente del MV Karar, el fiscal señala a diez individuos por «colaborar directamente» con Santórum. Esta decena de personas tenían la misión, sobre todo, de preparar las narcolanchas para culminar los desembarcos de cocaína. Entre ellos estaba un hermano del supuesto cabecilla. La Policía Nacional localizó seis naves industriales, la mayoría en la comarca de O Salnés, relacionadas con estas embarcaciones. Unas naves para prepararlas; y otras, para esconderlas. Tres personas más, entre ellas un trabajador del Servicio de Vigilancia Aduanera, eran los encargados de concertar las operaciones y distribuir luego la droga. Los trabajos de preparación de las lanchas, según la Fiscalía, corrían especialmente a cargo de Fidel F., un empresario del sector náutico, que supuestamente colaboraba con Santórum «de modo paralelo a su dedicación empresarial lícita». Para acondicionar las lanchas para traficar, este empresario se desplazaba a esas naves que controlaba Santórum. El abordaje Desde marzo de 2020 hasta el 26 de abril del mismo año, fecha en la que fueron detenidos, los acusados, supuestamente, se estuvieron preparando para desembarcar el mencionado alijo del Karar. El operativo se diseñó desde la provincia de Pontevedra, «en comunicación y coordinación» con quienes dirigían en el buque nodriza. El Karar fue abordado el 25 de abril, incautándose 3.824 kilos de cocaína, cuyo valor en el mercado rondaría los 146 millones de euros. Juan Carlos Santórum y el resto de investigados, según la Fiscalía, habían concertado de un «modo concreto» la forma en que recibirían la droga, incluso las coordenadas marítimas exactas en las que las lanchas de la trama debían salir al encuentro del buque. El barco estaba capitaneado por un individuo de Bangladesh, que también fue detenido, junto a otros 14 miembros de la tripulación. Casi todos son de Bangladesh y Nepal, pero entre ellos también había un gallego. Durante la operación se destapó, también, que el mencionado funcionario de Aduanas y su mujer habían comprado dos billetes de lotería premiados, supuestamente para blanquear.