Para ser un año electoral repleto de incertidumbre, los mercados bursátiles de Estados Unidos tienen mucho más de pujante toro que de oso despedazador. Sirva como ejemplo el índice S&P 500, que sigue la pista de medio millar de las mayores empresas cotizadas camino de su mejor rendimiento en un primer semestre en año electoral desde 1976 (Jimmy Carter contra Gerald Ford), así como el segundo más rentable de toda su historia en año electoral. Si el bolsillo (es decir, la percepción subjetiva de cómo marcha la economía) sigue siendo un decisivo factor electoral, Biden puede presumir de algunos logros (15 millones de nuevos empleos desde su toma de posesión en enero del 2021) y fracasos (un incremento del 20%...
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