Santiago recuerda a los mártires de la Revolución

Las flores a nombre del pueblo de Cuba se extendieron hasta las tumbas de Frank País, el jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de julio, acribillado en las calles de la ciudad heroica, un 30 de julio de 1957; Raúl Pujols, el leal compañero caído junto a Frank y de los Hermanos Díaz

SANTIAGO DE CUBA.- Ofrendas florales del Primer Secretario del Comité Central del PCC, General de Ejército Raúl Castro Ruz; del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez; de los Consejos de Estado y de Ministros y del pueblo de Cuba fueron colocadas en la mañana de este 30 de julio ante el Panteón de los Mártires del 26 de Julio y los caídos en la insurgencia, en el cementerio Santa Ifigenia, como tributo de recordación a quienes ofrendaron sus vidas en el camino de la libertad.

Las flores a nombre del pueblo de Cuba se extendieron también hasta las tumbas de Frank País, el jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de julio, acribillado en las calles de la Ciudad Heroica, un 30 de julio de 1957; Raúl Pujols, el leal compañero caído junto a Frank y de los Hermanos Díaz.

Especial recordación tuvo lugar en este Día de los Mártires ante la tumba de René Ramos Latour, el Comandante Daniel, quien, a su muerte,  sustituyera a Frank como jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio, y que por esas coincidencias de la historia, callera combatiendo en un sitio de la Sierra Maestra conocido como El Jobal,  hace 60 años, justo un 30 de julio, pero de 1958.

Fue este el colofón de un día que se hizo al homenaje y que comenzó bien temprano con las flores y la reverencia desde el verso y la melodía en el Callejón del Muro, donde fueron acribillados Frank País y Raúl Pujols; en la Placita de los Mártires, lugar de encuentro de los jóvenes revolucionarios, y en sitios que recuerdan su figura como el museo Casa Natal y la Colina Frank País, en Punta Gorda, entre otros.

Al final de la tarde, en vibrante peregrinación que, como es tradición, reeditará aquella impresionante manifestación de duelo popular en que se convirtió hace 61 años el sepelio del mayor de los País García, el pueblo santiaguero ratificará que esta es una Revolución que no olvida a sus muertos.