La juventud no quiere nada regalado, quiere ganarse las cosas
La Unión de Jóvenes Comunistas tiene que ser siempre un organismo vivo, que tenga diversidad, se transforme, aporte, que tenga una mezcla entre la inconformidad y el compromiso
«No me regales nada más, déjame ganármelo yo (…) Quiero ser yo, seré yo (…)», cantan a coro los jóvenes que abarrotan las plazas del país en los conciertos del popular grupo Buena Fe. Se trata de un fragmento del tema Gracias por el fuego, del disco Presagios, que parecía saltar por estos días del arte al debate político.
Así lo sentimos quienes escuchamos las intervenciones de los delegados a la asamblea de balance 11no. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) del municipio de Plaza de la Revolución, la última de la capital.
Desde el comienzo de la cita, Raidel Santana Delgado, secretario general del Comité UJC del Instituto Cubano de Radio y Televisión, refería que «los espacios y el protagonismo que muchas veces reclamamos tenemos que ganárnoslo haciendo las cosas y enfocando los asuntos de manera diferente.
«Lo hemos conseguido en los últimos años realizando actividades lúdicas o patrióticas, sumando a los jóvenes, participando en acciones de impacto social como fue la recuperación tras el tornado que afectó a la ciudad…».
Y dijo más: Nuestra organización no puede regalar carros, casas… para los jóvenes, pero mucho puede hacer por su preparación, por atender sus preocupaciones, por acercarlos a las redes sociales, por estimularlos de forma moral, pues donde esté la juventud tiene que estar lo mejor.
Ya lo decía Lisara Corona Oliveros, quien fuera ratificada como primera secretaria del Comité Municipal de la UJC, ser dinámicos, proactivos, optimistas, propositivos, revolucionarios; tener compromiso, preparación, inquietud revolucionaria, deseos de hacer, sumar y motivar, deben ser características que distingan a nuestros comités de base y en lo cual influye, decisivamente, la elección correcta del secretario general; así también nos ganamos las cosas.
Con intervenciones desenfadadas y aderezadas con historias cotidianas fueron intensos los temas de análisis, como el que planteó Evelyn López Léon, secretaria general del comité de base de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, quien hizo hincapié en la comunicación no solo para divulgar actividades, sino para entusiasmar, sumar y preparar a los bisoños.
Otros delegados aludieron a que tenemos que actualizar muchos de nuestros códigos de comunicación para atraer a la juventud y sembrar en ella los valores que defendemos. Y hubo quienes aludieron a que las reuniones serán más aprovechadas cuando se conviertan, además, en espacios de orientación, escenarios de intercambio, actualización, preparación política y socioeconómica, así como en el vehículo fundamental para canalizar las inquietudes y los planteamientos de los jóvenes.
Algo quedó claro en el debate: ser militante comunista entraña un compromiso con la Patria. Así lo expresó Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la capital, quien agregó que «vemos una juventud que no quiere nada regalado, que se crece en medio de las dificultades, que piensa, cree, construye y sueña no solo con una mejor organización, sino también con un mejor país».
Al final de la asamblea, Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, fue enfática al decir que las nuevas generaciones todavía tienen mucho que aportarle a la Revolución con el ejercicio del encargo individual, y recordó que la vanguardia comunista no trabaja solo para ella sino también para aquellos que no son militantes. «Esos jóvenes son muy importantes, y todo lo que se haga desde la UJC debe ser pensando en ellos».
Estos son tiempos en que no podemos cansarnos, apuntó la dirigente juvenil, quien convidó a los delegados a pensar cómo vamos a conectar a la generación de hoy con los desafíos y las misiones de una organización que ya tiene casi 60 años. «Tenemos que ser siempre un organismo vivo, que tenga diversidad, se transforme, aporte, que tenga una mezcla entre la inconformidad y el compromiso».