Que la justicia no se detenga
La desaparición forzada laceró a las familias de 30 000 argentinos y a toda la sociedad durante la dictadura militar. Tiene que perdurar la memoria para que el crimen no
Gustavo, Ana, Darío y Juan (de izquierda a derecha) vinieron a Cuba para presentar Miriam y Roberto, una historia de amor en tiempos de lucha. Por siempre jóvenes. Fotos: Cortesía de Víctor Villalba
Muchas Madres y Abuelas han muerto, algunas sin conseguir saber el destino de sus hijos y nietos; pero sus rondas de los jueves se mantienen en Buenos Aires y también en Rosario, donde viven los familiares de Roberto de Vicenzo y de Miriam Moro.
Los pañuelos blancos de las primeras han sido sustituidos por las pancartas y banderas que enarbola su descendencia… Para que perdure la memoria… y la justicia no se detenga.