Un cambio de rutinas, pero no de misión
Una particular bienvenida reciben quienes ingresan a la unidad. Desde la entrada —en la que también se desinfectan los neumáticos de los vehículos— la doctora y la enfermera comienzan la pesquisa a cada una de las personas que llegan al centro a cumplir con su deber.
La indagación por fiebre, tos, síntomas catarrales o malestar general se complementa con la medición de la temperatura. «Antes de ingresar a nuestra unidad a las personas se les desinfectan las manos con soluciones de hipoclorito de sodio o alcohol en caso de presentar alergias al cloro», explica la primer teniente Idalmis Gutiérrez Camero, jefa de Servicios Médicos de la institución militar.
«En caso de que existiera alguien con síntomas, se cumplen los protocolos de aislamiento, se le realiza la encuesta epidemiológica y en caso de ser sospechoso del nuevo coronavirus se remite al hospital central Luis Díaz Soto, Orden Carlos J. Finlay, más conocido como el Naval», explica la doctora.
Estas medidas, entre otras que se adoptan a diario en una unidad de defensa antiaérea del Ejército Occidental, aseguran la tranquilidad de todos sus combatientes y sus familias en medio de la nefasta situación internacional debido a la propagación de la COVID-19. Pese a la actual pandemia, la elevada disposición combativa de soldados y oficiales se mantiene activa, sin descuidar su protección.
«Desde que la dirección del país orientó las medidas adoptadas como parte del Plan nacional de enfrentamiento Al nuevo coronavirus, en la unidad se comenzaron a tomar todas las precauciones, teniendo en cuenta la relevancia del cumplimiento de estas, precisó el teniente coronel Osnel Yumar Amaro.
«Con la ayuda del personal de la salud logramos la capacitación de todos nuestros combatientes, haciendo énfasis en la responsabilidad individual. Identificamos, además, un sistema de medidas para actuar en el interior de nuestra unidad, el cual incluye la total higienización de los espacios comunes y el uso de nasobucos en los lugares de trabajo. Para ello contamos con todos los medios y recursos necesarios», señaló.
Conciencia colectiva
Como parte de las acciones que se llevan a cabo en la unidad, se encuentra el distanciamiento entre personas, la ausencia de aglomeraciones y la desinfección de las manos con soluciones de hipoclorito o alcohol a la entrada de cada espacio de trabajo, alimentación, dormitorios, entre otros. En estos últimos, las camas se encuentran separadas a más de un metro de distancia.
«Realizamos pesquisas todo el día para identificar cualquier síntoma respiratorio. De igual manera, insistimos en que todo aquel que sienta algún malestar, fiebre o tos acuda de inmediato a nuestros servicios médicos», puntualizó la Jefa de Servicios Médicos.
Para los soldados que cumplen su Servicio Militar Activo, mantenerse informados sobre la actualidad nacional e internacional se convierte en una prioridad. «Desde nuestros puestos estamos al tanto de la situación epidemiológica del país, así como también de las medidas que está tomando para disminuir los efectos de la pandemia», expresó la suboficial de Comunicaciones Nelvis Encinas Díaz.
«Aquí tomamos todas las precauciones orientadas por la dirección del país, porque somos conscientes de los peligros de la enfermedad. Nos sentimos muy seguros en la unidad, no se ha descuidado en ningún momento la atención a nuestras necesidades.
«También mantenemos contacto con nuestras familias, lo que nos brinda mayor tranquilidad», comentó el sargento Kevin Majim Ortega Álvarez. Y sus palabras fueron confirmación segura de que los soldados y oficiales de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias sienten protegida su salud, sin cesar en el constante empeño de prepararse para la defensa del territorio de la Mayor de las Antillas.