«Fui, me jugué la vida y no me arrepiento»
En una epidemia de ébola, un lapicero o la mosca más insignificante se convierten en el peligro más grande y cercano para cualquier persona; incluso, para un médico
En una epidemia de ébola, un lapicero o la mosca más insignificante se convierten en el peligro más grande y cercano para cualquier persona; incluso, para un médico