Mundial 2030 será en Uruguay, Argentina y Paraguay: España, Portugal y Marruecos también tendrán sedes
La FIFA ha dado a conocer la emocionante noticia de que la Copa del Mundo 2030 será un evento sin precedentes que abarcará seis países en tres continentes diferentes. Esta decisión histórica promete llevar el espíritu del fútbol a nuevas alturas y marca un hito en la historia de este apasionante deporte, en la celebración del 100° aniversario de la primera copa que se jugó en Uruguay.
La elección de los coanfitriones para la Copa del Mundo 2030 ha generado gran expectación y emoción en todo el mundo. Los tres primeros partidos se llevarán a cabo en tres naciones emblemáticas: Uruguay, Argentina y Paraguay. España, Portugal y Marruecos han sido los afortunados seleccionados para llevar a cabo el resto de este prestigioso evento.
Este acontecimiento también tiene un profundo significado histórico, ya que los partidos inaugurales en Sudamérica conmemorarán el centenario de la Copa del Mundo. Será una celebración de cien años desde el torneo inaugural que tuvo lugar en Montevideo, Uruguay, más precisamente en el Estadio Centenario de Parque Batlle, que estaría por ser remodelado para ese multitudinario evento.
Confirmación oficial en el Congreso de la FIFAy nuevas reglas para la fase final de 2034
La decisión de llevar a cabo la Copa del Mundo 2030 en seis países será ratificada en el próximo congreso de la FIFA, que se celebrará el próximo año. Esta medida sin duda ha generado debates y discusiones en el mundo del fútbol, pero la FIFA está decidida a hacer de este torneo un evento verdaderamente global.
La FIFA también ha anunciado importantes cambios en las reglas para la fase final de la Copa del Mundo 2034. Solo se considerarán las candidaturas de países pertenecientes a la Confederación Asiática de Fútbol y la Confederación de Fútbol de Oceanía. Esta decisión ha llevado a Arabia Saudita a anunciar su postulación para albergar el torneo en 2034 por primera vez.
Recordando aquel histórico Mundial 1930 en el Centenario
La estrecha relación entre Buenos Aires y Montevideo ha sido una constante desde la fundación de ambas ciudades, y el fútbol no ha sido una excepción en esta hermandad. En el año 1919, durante el curso de la segunda división del fútbol argentino, se iniciaron competencias con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), lo que llevó a la desafiliación de dos clubes por parte de la asamblea de clubes de primera división en noviembre de 1922. Fue entonces cuando nació la Federación Uruguaya de Football (FUF) el 15 de noviembre de 1922. Esta división en las orillas del Río de la Plata coincidió con un proceso a nivel internacional, liderado por dirigentes europeos, que buscaban fortalecer a la FIFA, sacándola del control inglés que la había dominado desde 1906.
En 1918, al finalizar la Primera Guerra Mundial, la FIFA enfrentaba su posible desaparición. Su presidente, el inglés Daniell Woolfall, había fallecido, y el organismo apenas mantenía un hilo de vida gracias a la acción del holandés Carl Hirschman. En ese contexto, en 1921 asumió la presidencia de la FIFA el francés Jules Rimet, quien ya había fundado la Federación Francesa de Fútbol en 1919 y era un miembro destacado en el ámbito deportivo.
Bajo la dirección de Rimet, se comenzó a organizar el fútbol en la VIII Olimpiada en París en 1924, y la FIFA se convirtió en la máxima autoridad en el fútbol mundial. Esta fue una etapa crucial, ya que se estaba proyectando a la FIFA hacia una dimensión verdaderamente global.
Sin embargo, el fútbol uruguayo se encontraba dividido entre la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y la recién creada Federación Uruguaya de Football (FUF). La AUF tenía la afiliación a la FIFA desde 1912, mientras que la FUF no estaba afiliada. Ante la inminencia de las Olimpiadas Mundiales de 1924, la AUF advirtió a la FUF que carecía de legitimidad para representar a Uruguay y que la oportunidad de gestionar la afiliación era en el congreso de la FIFA en Ginebra.
Sin tiempo para enviar un delegado, el presidente de la AUF, el Dr. José María Reyes Lerena, envió un telegrama a Suiza solicitando la afiliación de Uruguay a la FIFA. El Dr. Enrique Buero, Ministro Plenipotenciario de Uruguay en Suiza, fue el encargado de llevar adelante esta gestión y logró la afiliación de Uruguay a la FIFA.
La conquista de la Copa América en 1923 y la posterior victoria en las Olimpiadas Mundiales de 1924 en París consolidaron la posición de Uruguay como una potencia futbolística en el escenario internacional. El país se convirtió en el primer país de América Latina en jugar al fútbol en Europa y se ganó el título de campeón mundial.
En 1926, Uruguay volvió a ganar la Copa América en Chile y mantuvo su dominio en el fútbol sudamericano. En 1928, en las IX Olimpiadas de Ámsterdam, Uruguay nuevamente se destacó al ganar el título de campeón del mundo, esta vez superando a Argentina en una emocionante final.
Estos éxitos en el fútbol internacional llevaron a que Uruguay fuera seleccionado como el país anfitrión para la primera Copa del Mundo en 1930. Fue un proceso que involucró intensas gestiones internacionales, lideradas por el Dr. Enrique Buero, para asegurar la participación de equipos europeos en el torneo. Finalmente, Bélgica y Francia confirmaron su participación, lo que le dio a la Copa del Mundo su carácter verdaderamente global.
El 18 de julio de 1930, en Montevideo, se inauguró el Estadio Centenario con el partido entre Uruguay y Perú, marcando el comienzo de la primera Copa del Mundo de la FIFA. Uruguay, una vez más, se alzó con el título al vencer a Argentina en una final histórica.
Estos logros deportivos no solo fueron motivo de celebración para Uruguay, sino que también consolidaron su posición como una nación destacada en el ámbito internacional. El espíritu de trabajo en equipo, el esfuerzo personal y la dedicación de sus dirigentes y jugadores llevaron a Uruguay a la cima del fútbol mundial y dejaron una huella imborrable en la historia del deporte.
Hoy, a medida que se acerca el centenario de estas tres conquistas, Uruguay sigue recordando con orgullo y emoción aquellos momentos gloriosos que llevaron su nombre a lo más alto del fútbol mundial. Estas gestas no solo son parte de su pasado, sino que también son un recordatorio de la capacidad de un país para alcanzar la grandeza a través del deporte y el trabajo duro.