Presidente electo de Panamá toma distancia de su mentor Ricardo Martinelli
Ciudad de Panamá. El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, ganó las elecciones del 5 de mayo impulsado por la popularidad de Ricardo Martinelli, pero ahora está tomando distancia del asilado exmandatario a semanas de asumir el poder.
Este abogado de 64 años sustituyó a Martinelli como candidato del partido derechista Realizando Metas (RM, las siglas del exgobernante), después de que éste fue inhabilitado por una condena de casi 11 años de cárcel por blanqueo de capitales.
Ricardo Martinelli mueve los hilos de las elecciones panameñas entre las sombras
Tras prometer en la campaña que ayudaría a Martinelli, Mulino ahora asegura que no tiene “ningún acuerdo” con el expresidente, quien permanece asilado en la embajada de Nicaragua desde febrero para no ir preso.
Mulino “podría estar asumiendo nuevas posturas frente a Martinelli porque el expresidente es un factor de desequilibrio, presión y de riesgo para la gobernabilidad en general, tanto para actores relevantes nacionales como internacionales”, dice el sociólogo Danilo Toro.
“El presidente soy yo”
Pese a sus líos judiciales, Martinelli goza de gran popularidad en Panamá, sobre todo entre las clases bajas que añoran la bonanza económica durante su gobierno (2009-2014), pero es rechazado por sectores empresariales y de clase media, que lo acusan de corrupción.
Martinelli participó en el último acto electoral de Mulino a través de un vídeo. Incluso, lo recibió en la embajada de Nicaragua la mañana de las elecciones. Esta publicitada visita motivó que el gobierno panameño llamara a consultas a su embajador en Managua.
Los adversarios de Mulino, quien asume el 1.° de julio, piensan que favorecerá al exmandatario con un indulto o un salvoconducto que le permita marcharse a Nicaragua.
Mientras tanto, una encuesta reveló que 65% de los panameños cree que será Martinelli quien gobernará detrás del trono, pero Mulino lo niega rotundamente.
“Yo no tengo ningún compromiso. Ni Ricardo Martinelli nunca me pidió a mí absolutamente ningún compromiso (...), yo tengo criterio y créanme, el presidente de la república de Panamá soy yo”, aseguró Mulino en una entrevista con Radio W de Colombia al día siguiente de su victoria.
“Señales ambiguas”
Mulino pasó de decir “misión cumplida, Ricardo” la noche de su triunfo a no mencionar siquiera a Martinelli en su discurso de proclamación, cuatro días después.
“Las señales son ambiguas si lo vemos desde el día de la elección hasta acá”, indica Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales.
En el gabinete designado tampoco hay cuadros incondicionales a Martinelli, lo que hace pensar a algunos analistas que Mulino está tomando distancia de su mentor para no comprometer la imagen del país y la inversión extranjera.
“Él tendrá que distanciarse de manera lenta y gradual con Martinelli” porque Mulino necesita el apoyo empresarial y para una parte de este sector el expresidente “es una piedra en el zapato, un problema”, señala el sociólogo y académico Enoch Adames.
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Estados Unidos en el horizonte
Los analistas advierten que Mulino deberá cuidar los lazos con Washington, que en 2023 prohibió la entrada a Estados Unidos de Martinelli y su familia por corrupción.
“Las normas legales de Estados Unidos permiten la persecución de personas que tienen residencia en otros países, en particular sobre el lavado de activos y todos los casos de corrupción”, dice Marcela Ríos, directora para América Latina de IDEA Internacional, una organización intergubernamental de promoción de la democracia.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llamó a Mulino tras su victoria para resaltar “el fuerte apoyo” de Washington a la lucha contra la corrupción en Panamá, según el Departamento de Estado.
“Cualquier decisión que involucre al expresidente Martinelli va a ser tomada con mucha cautela y poniendo sobre la balanza las posibles consecuencias que eso pueda tener en las relaciones de Panamá con los Estados Unidos”, dice Luis Botello, presidente de la Fundación Medios para la Democracia de Estados Unidos.
Sin embargo, la politóloga Sabrina Bacal afirma que “lo más probable es que más tarde o más temprano se le otorgue un salvoconducto a Martinelli para que [Mulino] tenga más fácil un inicio de gobierno sin la sombra del expresidente”.