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Enfrascados en llevar a cabo nuestro plan, comprobamos que a veces nos ponemos nerviosos y todos esos focos y mensajes eficaces parecen no presentarse donde hacen falta. Necesitamos entonces aprender a regular nuestro nivel de activación. Cada persona requiere uno distinto para rendir mejor; unas necesitan estar más relajadas y otras más excitadas. Conocer este nivel, ser capaces de alcanzarlo y mantenerlo, es otra de las habilidades relacionadas con la fluencia que resulta relativamente fácil de aprender.
Este nivel de excitación se ve afectado por agentes muy variados, externos e internos. No podemos controlar los externos, pero sí podemos decidir cómo los percibimos y cómo los manejamos. Como ya hemos insinuado anteriormente, no se trata de ignorar lo negativo, sino de aceptarlo y lidi...'