El cambio regulatorio del Gobierno que autoriza mover carne bovina con hueso desde el norte hacia el sur del país, ingresando en regiones que hasta ahora eran consideradas libres de fiebre aftosa sin vacunación, generó un foco de conflicto. Además de la reputación sanitaria que costó años conseguir, hay preocupación por lo que podría suceder con la Unión Europea, Gran Bretaña, Japón y otros grandes compradores.