En el boxeo, como en tantas otras parcelas de la vida, manda el dinero. Por eso un excampeón estelar de las artes marciales mixtas (MMA, en sus siglas inglés), Francis Ngannou, pudo debutar en el circuito profesional del noble arte contra el poseedor del cinturón de los pesos completos del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Tyson Fury, y peleó en la madrugada de este sábado frente al excampeón Anthony Joshua en el Kingdom Arena de Riad. Los saudíes, que todo lo compran, desde la Fórmula 1 -que se disputa este mismo fin de semana- hasta los mejores futbolistas en sus últimos años pasando por el mismísimo Rafa Nadal , concitaron un cartel en el que tres peleas bien podrían haber sido por sí mismas las estelares de un evento. Comenzamos por la cabeza del 'main event'. El camerunés Ngannou llegaba crecido después de haber tumbado a Fury en un asalto de su debut profesional aunque se le escapara la victoria a los puntos. Por el otro lado, el británico Joshua venía con bastante que ganar, pero con todo por perder. Una derrota ante el extraño llegado de la UFC, la liga que e l hispano georgiano Ilya Topuria traerá al Bernabéu, lo alejaría definitivamente de la opción de recuperar el trono que ocupó los últimos años. Una victoria lo volvía a poner en la 'pole' a la espera de los dos más grandes: Oleksandr Usyk y el citado Fury, que se miden por el título indiscutido de los pesados el próximo 18 de mayo. Noticia Relacionada fórmula 1 estandar Si Arabia y su limpieza de imagen en el deporte: una plataforma de la F1 femenina José Carlos Carabias El país árabe exhibe músculo con la mezcla de mujeres y motor y el comienzo de la F1 Academy, solo para chicas Sonó la campana en el desierto y ambos púgiles, gráciles en sus 120 kilos, comenzaron a bailar . El estilo los delataba: Joshua, de blanco inmaculado, ortodoxo, perfectamente plantado, mano izquierda adelantada y la derecha pegada a la barbilla; Nagannou, de blanco y rosa, también fino en el estilo, pero con sus manos delatando el pasado, ambas demasiados separadas del cuerpo, en una guardia más propia del boxeo tailandés. Ya mediado el asalto de contacto, el británico, desde lejos, apunta y lanza y una derecha de francotirador que no sólo lleva el culo del camerunés a la lona, sino que la inercia lo arrastra un metro más hasta las cuerdas. El africano acaba de probar por vez primera el tapiz del boxeo profesional. Lo hace bien en el contratiempo, esperando la cuenta hasta 8 para alzarse lo más entero posible. Joshua tiene una gran debilidad, que no es buen encajador. Si no mandíbula de cristal -no sería justo-, diremos que le gusta bajar del ring igual de guapo que subió. Pero Ngannou no le llega, como hizo el gordito Andy Ruiz , fruto de sus manos adelantadas con las que sólo puede espantar moscas sin llegar a abrir el hueco por el que penetre el golpe de poder. En el segundo asalto el apolíneo Joshua sigue dominando el escenario muy seguro de sí mismo. La victoria o la derrota de un boxeador siempre se refleja por anticipado en sus ojos , y los del británico denotaban toda la confianza del mundo. El primer zarpazo que había dado a Ngannou había sido quirúrgico, sentarlo de culo, pero no letal. Ahora le da el segundo, una derecha al costado del cráneo que no lo tumba pero que al camerunés le duele bastante más. Un batido de coco que se contabiliza en el haber. Ahí huele el miedo, y sólo es cuestión de tiempo que otra derecha similar de ortodoxa lo lleve a la lona por segunda vez en otros tantos asaltos. Se levantará Ngannou, pero todos los que lo vimos sabemos que iniciaba un breve viaje a ninguna parte . Tras la cuenta de protección -y unos segundos extra por parte del referí igual de compasivos que antirreglamentarios-, el bello Joshua camina firme para terminar el trabajo. Ngannou levanta manos y sólo le falta pedir compasión, pero el británico apunta al mentón y lanza un recto de derecha que penetra como un cuchillo en el mar . El africano se desploma con tanta virulencia que sus piernas no tienen tiempo de seguir la inercia y se doblan en un escorzo imposible. No es un KO. Es una ejecución antes de que amanezca . Bien vale los 50 euros de la plataforma de 'streaming' (30 del mes obligatorio y 20 del pago por visión, muy excesivo para los que no suspiran por este deporte). Tras esta muestra de poder y contundencia, el mejor Joshua tendrá tiempo para esperar el resultado del Usyk-Fury del próximo 18 de mayo. Ahí se unificaran los cuatro cinturones, pero el contrato contempla la revancha para ambos, por el que el triunfador de anoche deberá esperar hasta 2025. Si Fury se impone a Usyk, el posterior duelo de británicos será épico (Wembley lo espera desde hace años), pero si quien vence es el ucraniano, el escenario cambia. Usyk ya ha derrotado dos veces -y con solvencia- a Joshua, cuando le arrebató tres cinturones, pero no al Joshua de este sábado, salvo que la inexperiencia de Ngannou lo haya acrecentado en demasía. En la coestelar del Kingdom Arena, el neozelandés Joseph Parker venció a los puntos al chino Zhilei Zhang , que no se podía creer el veredicto después de haber llevado a su rival a la lona por dos veces. Pero con toda la modestia diremos que el maorí pegó más y mejor. Y antes el Rey Vargas mantuvo de milagro, con su poncho de la Virgen de Guadalupe y su báculo, el cinturón CMB del peso pluma ante el bajito peleón Nick Ball gracias al empate que designaron los jueces.