Las dos cuestiones candentes del día son: ¿merece el todopoderoso presidente ruso, Vladímir Putin, que le ofrezcamos un puente de plata para escapar del enorme lío armado en Ucrania?, y ¿conviene ofrecer a Putin una puerta trasera para librarse de su inmenso error al invadirla? La respuesta a la primera pregunta es tajante. No, no lo merece. En la guerra ya no vale todo y él ni siquiera se ha atrevido a llamarla así, la primera de sus mentiras. Y a esa mentira le han seguido otras falacias tan gordas o mayores. Dijo que atacarían solo objetivos militares y a la hora de la verdad han demolido hospitales, escuelas, supermercados, teatros y bloques de viviendas. Han matado indiscriminadamente a niños,...
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