Hacer el balance de destrozos institucionales de Sánchez es una tarea capaz de provocar la dimisión del más experto perito de la mejor aseguradora. Sólo para la reconstrucción de ese descomunal estrago se necesitaría una legislatura entera y aún faltaría tiempo, además de que es posible que algunos desperfectos carezcan ya de arreglo. ‘Grosso modo’ se ha cargado, entre otras cosas, la Fiscalía del Estado -acaso lo más fácil de reparar porque basta con un nombramiento-, el Consejo del Poder Judicial, el CIS, cuya fiable documentación sociológica ha quedado averiada sin remedio, y hasta la autonomía del servicio de Correos. Ha revocado, indultos mediante, una sentencia básica del Tribunal Supremo y tiene al Constitucional en el entrecejo. Ha jibarizado las...
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