Tres veces guapa
En 'Como Pedro por su casa' (1985), Pedro Ruiz tenía 'El libro gordo de Petete'. Un niño (él) cantaba aquello de «Ostras, Carolina, qué buena estás, que a los amigos de mi papá, cada día les gustas más». Hoy parecería intolerable a los intolerantes de estas cosas. A los que escandaliza el sorteo de un servicio de prostitución, pero, sobre todo, el chat de los soldados. Lo mejor son las columnas enfadadísimas hablando de 'damas de compañía'. Creía que eran columnas sobre la pobre Susan Hussey, de 83, que fue dama de compañía de Isabell II y había heredado Camilla. A la calle por preguntar a Ngozi Fulani, británica y directora negra de una ONG, de dónde procedía su familia. Pero, bueno, si el chat de los soldados escandaliza, vete a Forocoches a palpar el sentir de la calle. Vete ahora también con Eva Kaili, la vicepresidenta de la Eurocámara, detenida y acusada de corrupción, blanqueo de dinero y organización criminal por el llamado (qué originalidad) 'Qatargate'. O sea, por recibir dinero del país para blanquearlo y ponerlo por las nubes. Lo más elegante que he leído ahí: «Este tipo de noticias deberían ir sin foto. Hacen perder la objetividad». Más Forocoches, pero muy comedido, esto: «La cambiaba por dos camellos y tres cabras». Antes presentadora de televisión que diputada al Parlamento griego por el Pasok, Kaili dijo que el Mundial era la prueba de que la diplomacia deportiva podía conseguir una transformación histórica… «Qatar es un líder en materia de derechos laborales». ¿Pero por delante de Yemen o Sudán? La presidenta, Roberta Metsola, suspendió a Kaili de sus funciones como vicepresidenta. Entre ellas estaba sustituir a Metsola en sus relaciones con los países del Golfo. Su detención teniendo inmunidad supone que ha sido sorprendida en flagrante delito. No sé si los 600.000 euros en su casa. Menos mal que Simone Veil está muerta. A la primera presidenta del Parlamento Europeo, a la que además dio la vez Louise Veiss, se le caería el moño al ver lo de esta vicepresidenta. Aunque seguramente entendería la suerte de la belleza. En 'Simone Veil. La mujer del siglo', que a lo mejor no es una gran película, pero sí un artefacto didáctico (y desasnar sigue siendo importante), en la película francesa, digo, y por su estancia en Auschwitz, cuenta Veil que una kapo facilitó que ella, su madre y su hermana fueran trasladadas a Brobeck, un subcampo más soportable. ¿Por qué? Pues quizá porque era guapa. El prejuicio me hace pensar que la carrera política fulminante de la griega tiene mucho que ver con su belleza. Que sí, que ha estudiado Arquitectura, relaciones internacionales y cursos de periodismo. El eterno dilema, diría la del PACMA, entre tu madre y tu perro. No hay dilema tampoco entre preferir ser guapa o lista. Lo tengo claro. Les pongo a Jorge Sepúlveda. Guapa, guapa y guapa.