Panathinaikos 74-Barça 88. Victoria plácida ayer del Barça en el Oaka que, de esta forma, se asegura jugar los cuartos de final de la Euroliga y, lo que es lo mismo, estar entre los ocho mejores equipos de Europa. En baloncesto, sí. Primer objetivo cumplido. Ahora bastará con conseguir la segunda meta, la de asegurarse estar entre los cuatro primeros para tener el factor cancha a favor en los cuartos de final. El equipo de
Jasikevicius no solo lo tiene a tiro sino que solo depende de él mismo para lograrlo. La victoria de anoche en Grecia, ante un rival que ya no se jugaba nada, se sustentó en cuatro factores: la magnífica defensa del segundo cuarto, la paliza en los rebotes (18 a 42), los 26 de un
Mirotic enchufadísimo y el mejor partido de
Mike Tobey como jugador del Barça. Que un 2,13 como él meta 4 triples está al alcance de muy pocos profesionales y, hasta ahora, había tenido una primera temporada en el equipo demasiado irregular. En 30 jornadas, en una competición durísima, el Barça ha sido capaz de ganar 20 partidos. De cada tres encuentros, dos victorias y una derrota. Es un muy buen promedio, solo al alcance de Madrid y un Olympiacos, entrenado por
Bartzokas, que parece un poco por encima del resto de rivales. Pero el Barça ya sabe, por dolorosas experiencias, que el desgaste que significa quedar primero en la fase regular, luego se puede pagar en la Final Four. El equipo de
Jasikevicius parece todavía lejos de su mejor versión. Colectiva e individualmente hay mucho margen de mejora pero, al menos, el equipo está donde debe. Esto también es la reputación del Barça.
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