Una madre
Existe un paraíso al que siempre deseamos volver. Un paraíso de carne, hueso, latido, alma, que nos espera todos los días de nuestra vida. Un paraíso de poco menos de medio metro cuadrado donde siempre brilla el sol. Son los brazos de la madre, el refugio siempre abierto cuando la vida nos abofetea, cuando un vendaval, la mala cabeza, la mala suerte o todo junto nos rompe las alas y caemos al suelo como muñecos de trapo. Esos brazos que nos impulsan a volar por nosotros mismos nos levantan, nos enseñan... Читать дальше...