«Lo más importante que me ha pasado en la vida no es ser diputado ni ser presidente de este partido; es ser padre». Albert Rivera ha protagonizado su acto más sentimental en lo que va de campaña al reivindicar todos los tipos de familia ante una pareja homosexual, una madre soltera y un matrimonio con tres hijos.
Diferenciándose de sus rivales políticos, ha abogado una vez más por regular la gestación subrogada como en Reino Unido o en Canadá y ha exigido que la formación de una familia se reconozca como «un derecho». «Algunos dicen que no existe el derecho a formar una familia. Pues creemos ese derecho», ha clamado ante unos doscientos simpatizantes, muchos de ellos acompañados de sus hijos pequeños.
En el Marina Beach de Valencia, un bar de copas a pie de playa, ha reunido a un nutrido grupo de militantes para defender todas las familias que deseen formar e incentivar la natalidad con las propuestas de Ciudadanos (Cs) encaminadas a ello. Acompañaba a Rivera la cabeza de lista por Valencia, la diputada María Muñoz, que ha presentado tres casos distintos de esos modelos de familia que quiere proteger Cs.
El primer caso, Rosa, una madre soltera que tuvo a su hija Agatha hace cinco años por fecundación «in vitro». Después ha tomado la palabra Patricia, publicista y madre de tres hijos, casada con un autónomo. Y por último han hablado Carles y Dani, que se fueron a Estados Unidos para poder tener a su hija Carmen por gestación subrogada.
«El partido de las familias con "s"»
Todos ellos han agradecido las propuestas de Rivera y han contado las trabas a las que se enfrentan en su día a día. Rosa ha relatado sus problemas para emprender siendo madre soltera; Patricia, la dificultad que le supone conciliar trabajo y familia; y Carles y Dani han expresado su temor a que su hija sufra acoso escolar en el futuro ante la desafección del resto de partidos para con este método de paternidad.
«No votéis a ningún político que os diga cómo tiene que ser vuestra familia», les ha aleccionado Rivera, quien se ha erigido como el único presidente que defendería a todas las familias sin exclusión, al contrario que, según él, los partidos a su derecha y a su izquierda. «No quiero ser el presidente que decida vuestra familia ni cómo vivís, quiero ser el presidente que os ayude, que no os ponga trabas», ha prometido, y se ha comparado con un árbitro de un partido de fútbol. El buen árbitro, ha recordado, es el que pasa desapercibido y no se convierte en protagonista. Y los protagonistas, ha afirmado, no deben ser los políticos sino las familias.
Así pues, ha enumerado los compromisos incorporados en el programa electoral de Cs y ha apuntado que su partido ya registró una ley de gestación subrogada y otra de familias en el Congreso. El bloqueo político impidió su debate e hizo que decayesen. Entre las medidas más destacadas de los liberales figura el establecimiento de guarderías gratuitas de cero a tres años, la consideración de las familias monoparentales como familias numerosas, así como de aquellas que tengan dos hijos. Estos dos últimos casos contarían con una ayuda anual de 1.200 euros. «Por algo se empieza».
Las familias «Champions», como la de Patricia, con tres hijos, pasarían a ser familias numerosas de categoría especial con 2.400 euros anuales de subvención pública. Rivera tampoco se ha olvidado de los autónomos, uno de sus principales nichos de votantes, y se ha comprometido a extender a los hombres la exención del pago de sus cuotas en los dos primeros años posteriores a la paternidad.
El perro que no era Lucas
«Te derrites con esto», ha dicho Rivera, cuando Agatha ha pasado por delante de él y su voz se ha colado en el micrófono que utilizaba para dirigirse al público. El presidente de Cs ha definido el acto como «el más bonito» que ha hecho esta campaña y ha agradecido a las familias sus testimonios. «Sí se puede, sí se puede», han coreado los casi dos centenares de personas allí congregadas, y han regalado a su líder una anécdota más.
Al finalizar su intervención, un pequeño perro marrón, con el pelo rizado, ha corrido hacia Rivera y este no ha dudado en cogerlo en brazos. Los niños se acercaban a acariciarlo, quizá pensando que era Lucas, pero no. Era Pelayo y había saltado de los brazos de uno de los asistentes al mitin. El perro más famoso de internet en los dos últimos días estaba descansando en Madrid.
